Antonio Álamo

Antonio Álamo


Bulos

16/05/2024

De todo el revuelo derivado del parón político originado por el presidente del Gobierno al anunciar que se tomaba unos días para reflexionar si seguía al frente del país o abandonaba La Moncloa tal vez lo más interesante se encontrara en el conjunto de justificaciones utilizadas. Desde cualquier perspectiva diferente a la suya, eso sí, cuesta encontrar razones para adoptar tal medida, más propia de adolescentes deshojando margaritas -me quiere, no me quiere-, de estudiantes que sopesan asistir al examen o quedarse en la cama escuchando a los Flying Burrito Brothers, o de quienes ante el orujo de Lantadilla dudan entre libar un culín o la botella entera, que de quien está al frente del país. Cuesta encontrarlas.
Lo de las justificaciones se entendió muy bien porque la sociedad logró resumirlas en tres vocablos, hartazgo, sorpresa y perfomance, extranjerismo este último usado para describir un tipo concreto de actividad artística. Hartazgo lo insinuó el presidente del Gobierno, sorpresa lo fue para muchos socialistas y escenificación teatral les pareció a los populares. A otros ciudadanos, ajenos a fervores partidistas, adhesiones inquebrantables y con independencia de criterio, les recordó a aquellos héroes de Zane Grey que, velocísimos con el revólver, cabalgaban en solitario por el lejano Oeste, desafiando las inclemencias del tiempo y la maldad humana. En fin, que en asuntos de penas ya tenemos el cupo cubierto. Vale ya.
Queda una cuestión puntual, los bulos en torno a las actividades de su familia. Sobre este asunto bastaría con añadir ciertos detalles. Uno. Bulos hubo, hay y habrá. Dos. No son patrimonio de los adversarios, rivales y enemigos. Tres. La propaganda tiene muchos años de edad. Cuatro. Existe (todavía) el derecho a la información. Cinco. La cabeza está para usarla con libertad. Seis. Parte del tiempo que gastan nuestros políticos en decir barbaridades y estupideces podrían emplearlo en actualizar ciertas reglas en el sector de la información que, con la irrupción de Internet, han sido sobrepasadas. Si se hizo con los patinetes eléctricos con más motivo debe hacerse en casos como este. Y siete. No estropeemos más las cosas… vayan borrando la censura de su memoria. Unos y otros.

ARCHIVADO EN: Internet, Moncloa, Estudiantes