Este último fin de semana he podido disfrutar de la gastronomía de Gredos, gracias a asistir al concurso de cata La Nariz de El Barco que organizan los amigos de la Vinoteca Mayor 22 de El Barco de Ávila. Y, al margen de los buenos momentos vividos con la familia Mena de la Fuente, he vuelto con dos recomendaciones gastronómicas que hacer, una en Ávila y otra en Salamanca.
Para empezar, el hotel rural Galamperna, en Nava del Barco, gerenciado por Montse y Julián, quienes gestionan 6 coquetas y cómodas habitaciones y ofrecen cuidada gastronomía, incluida la elaboración propia de la repostería del desayuno y un muy buen panettone que nos trajimos para casa. Además, la habilidad de Julián para jugar en los fogones con setas y hongos hace que merezca mucho la pena ir a disfrutar de su menú degustación. En esta ocasión, compuesto de pastel de hongos con salsa de gambas, cecina de León con polen y aceite de oliva virgen y queso de oveja Diego, ajoblanco con bonito del norte, grifola frondosa al horno con pure de castañas, soja y miel, gambas de Huelva, carpaccio de boletus con vinagreta de caramelo, rodaballo con salsa de azafrán y mejillones y, como postre, manzana confitada en vino, canela y miel con nata, yema y coulis de frambuesa. Realmente delicioso.
Por otro lado, a media hora de El Barco y junto a Béjar tenemos la preciosa localidad de Candelario, en la que hace dos años mis buenos amigos Marian y Javi abrieron Casa Küme, un restaurante basado en las brasas y buena materia prima, con una muy atractiva carta de vinos, que también justifica una escapada por sí solo hacia aquella zona. Aquí disfrutamos de un muy curioso jamón de vaca, maravillosa empanada argentina de carne picada a cuchillo, un chorizo criollo hecho por ellos mismos sobre calabaza y boletus, mollejas de ternera con yema, una excelente chuleta de vaca mestiza entre razas rubia gallega y frisona magníficamente cocinada, y un flan de leche fresca de oveja hecho al horno de leña.
Dos direcciones a tener en cuenta si se quiere pasar una jornada por Gredos, y otro fin de semana del que salimos muy bien comidos y muy bien bebidos, culminado el domingo por el cochinillo que hace nuestra anfitriona Marisa, que siempre lo borda.
¡Muchas gracias a todos!