Javier San Segundo

Ajo, guindilla... y limón

Javier San Segundo


Al 2024...

30/12/2023

Han comenzado los saqueos y Los Juegos del Hambre de la realidad han adelantado por la derecha a los del celuloide. Ya quedaron bien atrás los sentimientos de pandemia por parte de la clientela y los restaurantes hace semanas que no reciben más reservas, pero son muchos los que todavía intentan rellenar el hoyo económico excavado a la fuerza por los cierres epidémicos. Los datos turísticos del puente de diciembre han batido récords, al unísono, tanto de ocupación como de precios y en Madrid han tenido que inventarse carriles en las zonas peatonales del centro para que los insaciables paseantes compradores pudieran transitar con un mínimo de decencia y concierto. Los precios de las materias primas viven en máximos históricos batiéndose así mismos cada jornada cuando amanece y la energía y los combustibles tampoco se han librado de la sangría. Y la hostelería ha cambiado. Quizás todavía no se perciba del todo sin un detenimiento exhaustivo en su estudio, pero cada día será más patente porque una gran masa laboral ha dejado el sector sin viso alguno de vuelta y otra, muy amplia también, ni se plantea intentar ejercerlo. No ayudan los horarios, en general, y determinadas situaciones, en particular. Y tiene su cierta lógica, no vamos a negarlo, si las condiciones no acompañan. Es difícil adivinar cuál será el futuro y cómo se adaptará el sector y cómo nos amoldaremos nosotros a lo que venga. Pero sí le pido una cosa al 2024 en este nuestro ámbito hostelero; que es la misma petición para muchos y tantos otros. Que TODO se adapte a TODO. Que las actualizaciones no sean sesgadas ni partidistas ni unilaterales ni, mucho menos, 'pocolaterales'. Que salarios, condiciones, costes, gastos, inversiones, beneficios, tipos de interés, precios, alquileres… vayan de la mano para que la dignidad general sea una dinámica indemne que construya un equilibrio perenne de trabajo, de ocio, de disfrute, de sacrificio, de reconocimiento, de perspectivas de futuro… en definitiva, de vida. Y que al coger el mando del televisor para poner el parte de las tres no nos tiemble la mano de congoja cada día por lo que vayamos a escuchar. Eso es lo que le piden los Ajos, las Guindillas y los Limones para todos ustedes a este 2024 que nos llega. Gracias por estar ahí, queridos lectores. Feliz Año Nuevo.