Muchas veces nos encontramos en entornos de amigos afines, a menudo junto al gran filósofo y escritor Ignacio Gómez de Liaño. El mundo del arte nace de una pequeña minoría que coincide en conferencias, exposiciones y conciertos de la gran ciudad, Madrid. En esos ambientes, sobresale gallarda y elegantísima, Águeda de la Pisa, pintora de refinado estilo cuyo taller es claro, prístino, ordenadísimo y muy hermoso.
Ahora, De la Pisa, quien fuera Premio de las Artes de Castilla y León, expone en la sala del Museo Luis González Robles de la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid, hermosa selección de casi ochenta obras, jugando con la fotografía. Curiosa tendencia, pues ella, abstracta en sus pinturas, ahora hace fotografías que también parecen texturas abstractas. La primera vez que vi algo parecido fueron las «creaciones» de Salvador Villena. Yo también hice, siguiendo esta novísima tendencia, algunas que he expuesto en las redes sociales, de febrero de 2023 (seré segundón, pero ¿de los pioneros?). A los filósofos nos encanta: gran contradicción, ya que se hace lo más hiperrealista posible, fotografía, pero al ser fragmentos, resultan abstractos, de modo que los opuestos se tocan: foto realistísima y abstracción purísima.
Ahora Águeda muestra en preciosas, coloridas composiciones, técnicas nuevas fuera de las normas habituales. Desde algunas ventanas fotografía la destrucción de la naturaleza, y también parecen algunas abstracciones. ¿Quién empezó esto? Poco importa. Sí, y mucho, la belleza y lo que esta nos despierta. De la Pisa así indaga y explora emociones. Como tantos palentinos, tuvo que ir a la Corte, donde se mueve un poco más todo lo que tiene que ver con las artes, para mostrar el amor por esa naturaleza que la desidia y la falta de sensibilidad muchas veces abandona o destruye. Sus cinco series allí expuestas reivindican las ciudades amables, no los conglomerados que degradan la sociedad con su acumulación y entre trastos, ahogando al hombre que los hizo. El hombre, animal que se autodestruye con sus producciones, menos mal que otros hacen lo contrario, como Águeda.