Víctor Arribas

VERDADES ARRIESGADAS

Víctor Arribas

Periodista


No crea a sus ojos

13/10/2024

No crea lo que ven sus ojos. Crea lo que le dice el gobierno, que para eso vela por usted. Siempre preocupado y ocupado en procurarle un plácido bienestar, y si puede ser trabajando menos, mejor. Ante el grado de desinformación de millones de ciudadanos que o bien no se informan, o bien lo hacen a través de circuitos poco rigurosos como las redes sociales, no hay que preocuparse por nada. Ya nos sirven varias veces al día las comunicaciones propagandísticas que hace el poder, directamente o a través de sus resortes más a mano. Sirvan para ese fin, que a la postre consagra un derecho constitucional como es el derecho a la información, las comparecencias ante los medios de los ministros implicados gustosamente en difundir los anti bulos, la artillería interpretativa de la realidad paralela en la que quieren que viva la mayor parte del país. Por eso escuchar a toda una portavoz del gobierno declamar enfurecida y soliviantada en la mesa del Consejo de Ministros tiene tanto efecto en la sociedad, ejerce de bálsamo protector de una galopante inconsistencia y una pertinaz contradicción entre la verdad y lo que nos cuentan. Una vez más.

En pocos días ha ocurrido con dos asuntos sensibles en los que la realidad, a algunos, no les ha estropeado un buen relato. Con una mano sujetando el auto de la Audiencia Provincial de Madrid que ha rechazado archivar la investigación a la mujer del presidente, y la otra subiendo el volumen del dispositivo que emitía en directo la conferencia de prensa del pasado martes, muchos espectadores se habrán hecho la famosa pregunta. ¿Me creo lo que ven y leen mis ojos en este documento, o me creo a esta joven tan preparada, aparentemente agradable y segura de todo lo que transmite? Cualquier parecido entre ambas cosas es una casualidad cósmica. Uno de los dos miente, pero como nadie va a comprobarlo, con el discurso tergiversado ante todo el pueblo se nos viene a decir que no creamos en lo que veamos o lo que leamos, sino en lo que nos digan, convenientemente cocinado. Lo mismo ha ocurrido respecto a la reforma de la ley que va a permitir a muchos presos terroristas salir antes de prisión: se nos dice que lo negro es blanco, y vale ya. Refugiados en el hecho de que nadie va a tomarse la molestia de comparar lo que se nos dice con lo que dicen las leyes, las anteriores y las nuevas modificadas para pagar deudas políticas, los gobernantes vuelven a aleccionarnos diciendo que la realidad está pasada de moda, y que la verdad es algo muy relativo que hay que amoldar al antojo del dogma oficial.

Foucault dijo que la verdad es algo social y sociológico, que está asociado al poder. Lo clavó el pensador francés. Pero se le olvidó escribir que para comprenderla, hay que ponerse gafas oscuras de invidente.