Lola Eiffel es el nombre artístico que se encuentra detrás de Mar Espinilla.Esta bailarina y coreógrafa es la directora del Festival Internacional de Danza Contemporánea (CDC), que tras seis ediciones en Valladolid llega a Palencia con una programación que se extenderá entre los días 17 y 25. Entre las citas, que congregarán a siete bailarines (más Antonie Vander Linden), se encuentran masterclasses, actuaciones de baile y entrega de premios.
El hilo conductor de esta séptima edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea es la historia. ¿Cómo se materializa en los espectáculos?
El año pasado estaba en un proceso creativo con mi compañía, profundizando mucho sobre la historia. Hitos históricos hay millones y muy variopintos, y me pareció un tema muy abierto en el que los coreógrafos se podían inspirar.
En las seis ediciones pasadas, el CDC se desarrolló exclusivamente en Valladolid. ¿Por qué decidió traspasar gran parte de la programación a Palencia?
Lo que es la parte de la formación se divide. No quería apartar a Valladolid, ya que la gente ha sido fiel durante seis años, y quitarles la posibilidad de seguir formándose. Lo que he hecho ha sido doblar y traer a los mismos coreógrafos a ambas ciudades en dos días distintos.
Todo el mundo puede bailar, y esos bailarines que empiezan son el futuro de mañana. Lo que ofrecemos tiene ese aliciente de traer a grandes figuras de la danza para incentivar a la gente a formarse.
Si bien la programación incluye siete bailarines, las propuestas para participar han alcanzado las 35. ¿Fue difícil el proceso de selección?
Ha sido complicado. Hubo una primera criba de ocho piezas y, a partir de ahí, el jurado, que lo formábamos cuatro personas, se juntó para decidir. Normalmente escogemos a seis bailarines, pero en este caso hemos elegido a siete porque no nos poníamos de acuerdo.
Aunque en las bases para participar se explica que hay que ser consciente de que se va a bailar en un teatro, los más noveles nos mandaron vídeos en un espacio muy reducido.
El gran nombre de la programación es Antoine Vander Linden
Le di clases en Francia durante la pandemia. Es un bailarín maravilloso. Postuló por entrar en (La) Horde, la que para mí es una de las compañías más potentes del mundo, y realmente tiene un talento impresionante. Es un auténtico lujo tenerlo aquí.
El 21 de febrero se celebra, dentro de la programación, el espectáculo Cartas para ti, de la Fundación San Cebrián, dirigido por Natali Camolez. Esto hace que el certamen sea también inclusivo
Todo el mundo puede bailar. El trabajo que hacen en la Fundación San Cebrián gracias a Natali es maravilloso. La danza hay que fomentarla para todo el mundo y creo que el festival tenía que tener este apartado.
Tras siete años dirigiendo el festival, ¿qué evolución aprecia?
La primera edición arrancó con mucho miedo. Era mi proyecto, mi hijo artístico. Ha crecido muy rápido. No es fácil que un certamen que nace en La Cistérniga (Valladolid) tenga en siete años la envergadura que tiene ahora, siendo un festival de una semana.
Lo sigo viendo crecer y cada vez tiene más apartados y secciones para que la danza llegue a la ciudadanía de Palencia. Ya es un referente nacional y europeo, pero mi sueño es que siga creciendo.
¿Percibe más aceptación de esta disciplina por parte del público?
Me gustaría que fuera mayor. Hay que ser realistas: la danza en España es minoritaria dentro de los teatros, que incluyen la disciplina entre un 5 y un 10% de su programación. Al no programar danza, la gente no se educa en ver danza.
Sin embargo, las escuelas sí que están haciendo esa labor de fomentar la danza en todas las edades y que, aquellos que la practiquen, la amen y tengan solo la pretensión de disfrutarla.