La primera vez que visité una nevera fue el año 2011 en el Parque Natural de Urquiola. En compañía de Juantxu, que ahora se asoma a las bateas desde un mirador de Boiro, al sur de La Coruña, fuimos conociendo puertos y pueblos de Vizcaya, con todo el singular folklore que atesoran. Urkiola fue declarado Parque Natural a finales de diciembre de 1989 con el fin de protegerlo y conservarlo. Al citado puerto se llega por la carretera que atraviesa el parque, en cuyo corazón se encuentra el Centro de interpretación, así como el Santuario de Urquiola. El monte de referencia es el Amboto, donde encuentran explicación muchas historias de la mitología vasca. Hay que añadir que, en la parte del parque más caliza, se ha desarrollado un proceso kárstico y el agua discurre por ríos subterráneos. Al ser una de las principales vías de comunicación entre la meseta y la costa, también dejó su huella el Imperio romano. Además de las cuevas, a las que dedica un amplio estudio Barandiarán, conocimos en aquella visita el papel de los pozos de nieve, pozos que se ubicaban en los montes altos o formando parte de los núcleos poblacionales. Inicialmente su titularidad correspondía a los concejos locales medievales, instalaciones de consumo masivo que vienen a sumarse a lo batanes, tejeras y molinos. En el año 2022 la Diputación de Palencia premiaba la labor de los vecinos de las localidades palentinas que recuperaban espacios de uso común y ahí se mencionaba la rehabilitación de la antigua nevera de Guardo por la Asociación de Entibadores Palentinos. Pozos históricos hechos a mano y forrados de piedra que se usaban para conservar productos que después se repartían en carnicerías y pescaderías. En la falda norte del Naranco (Oviedo) se encuentran antiguos pozos donde se acumulaba la nieve para su posterior distribución como hielo a las farmacias, hospitales y cafeterías de la ciudad. El excelente blog Siempre de paso, del periodista Javier Prieto Gallego, ya nos lleva a conocer el pozo reconstruido en el puerto de Casillas, en los alto del Valle de Iruelas (Ávila) y lo mismo ocurre en otros muchos puntos de nuestra geografía: Estella y Aras (Navarra), Fixó o Vilariño en Pontevedra, Andorra y el Bajo Aragón, por poner unos ejemplos.