Daniel Núñez Fernández, conocido en el panorama humorístico como Daniel Fez, combina su profesión de sociosanitario con la comedia. A raíz del éxito cosechado con sus vídeos de TikTok, plataforma en la que acumula más de 2,5 millones de seguidores, recorre el país con su espectáculo La vida regulinchi, en el que relata su rutina.
Su éxito llegó a raíz de los vídeos que publicaba en TikTok. ¿Había hecho antes contenido para redes?
Había publicado vídeos en YouTube, donde tenía una serie con amigos. También había hecho contenido para Vine, plataforma en la que hace siete años llegué a acumular 90.000 seguidores, que por aquel entonces eran muchísimos.
Cuando publica un vídeo, ¿busca la viralidad?
Priorizo que me guste a mí. Luego, una vez está grabado, me fijo en pequeños aspectos, como la duración o que no se repitan cosas.
Su espectáculo La vida regulinchi habla de su propia rutina. ¿Cómo introduce el humor?
En el show introduzco al mismo personaje y sus experiencias.
¿Es como se muestra en redes?
Hay una parte que sí y otra que no. No soy un tío que no se entera de las cosas como muestro. Eso sí, los vídeos son improvisados.
¿Los que le conocen por redes sociales verán en el Ortega lo que ven en sus vídeos?
Es un poco diferente y más amplio. En el monólgo me centro más sobre la vida en las redes.
¿Se considera un influencer?
Esa palabra es tan grande... me considero un creador de contenido o hacedor de vídeos.
Ha participado en el programa La fábrica de Rufián. ¿Cómo llegó ahí?
Estos programas, además de su píldora política, tienen cierta profundidad sobre temas de actualidad. En el mío conté los problemas de salud mental derivados de la pandemia desde el punto de vista del sector sociosanitario. Esta aparición me ha permitido colaborar con diferentes asociaciones de este ámbito.