El país de la estrella de David rememora hoy, 7 octubre, el primer aniversario del mayor ataque contra Israel desde la creación del Estado hebreo. La matanza que Hamás llevó a cabo hace 12 meses en el sur del país dejó más 1.200 personas muertas y 251 secuestrados. Desde entonces, las consecuencias de esa barbarie se sienten en toda la región, con la intervención militar terrestre del Ejército judío en la Franja de Gaza y el Líbano para eliminar a los grupos terroristas de Hamás y Hezbolá, lo que ha supuesto una escalada mortal en la zona que ha incluido a Irán en el tablero de actores.
En este punto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitó ayer a las tropas desplegadas en la frontera del norte del país y prometió de nuevo la «victoria» en la guerra. «El mundo entero está asombrado por los golpes que estáis propinando a nuestros enemigos. Os felicito», proclamó.
La realidad 12 meses después de la salvaje ofensiva de Hamás es que casi un centenar de rehenes siguen en manos de la organización islamista, de los cuales 30 de ellos estarían muertos, según Israel, mientras sus tropas siguen atacando zonas árabes.
Amigos y parientes de los jóvenes fallecidos y secuestrados en el festival Nova hace un año les recuerdan en el mismo lugar de la masacre. - Foto: Ronen Zvulun (Reuters)Las negociaciones para una tregua en la Franja, enquistadas desde el pasado agosto, han pasado a un segundo plano con el inicio de la invasión terrestre en el sur del Líbano y con el enfrentamiento de nuevo abierto con Irán, contra quien Israel prepara ahora una respuesta en represalia. De hecho, Teherán decidió a última hora de ayer la suspensión de los vuelos comerciales en todos los aeropuertos del país hasta la mañana de hoy debido «a restricciones operativas» en medio de las tensiones por una posible represalia israelí a los ataques del pasado martes contra el Estado judío.
A estas circunstancias militares se une el sabor amargo para los familiares de los rehenes que ven cada vez menos posible la llegada de esa tregua, tal y como ocurrió el pasado noviembre -la única lograda en un año de guerra- y que permitió liberar a 105 rehenes a cambio de 240 prisioneros palestinos.
«Nosotros, los familiares de los secuestrados no vamos a tolerar que Israel mantenga a nuestros hermanos hambrientos y bajo abuso en los túneles de Gaza. Necesitamos alcanzar un acuerdo de tregua ya», denunció Udi Goren, cuyo primo Tal Haimi es uno de los rehenes.
La celebración de los actos de memoria se desarrollarán bajo fuertes medidas de seguridad aprobadas por el Gobierno israelí, que se encuentra en estado de alerta tras escalar el conflicto en la región con Hezbolá, los hutíes de Yemen y las milicias proiraníes de Irak e Irán.
Precisamente, uno de los lugares más vigilados será la frontera con el enclave, donde sucedieron los actos terroristas de hace un año, así como el escenario donde tuvo lugar el festival Nova, donde Hamás masacró a más de 300 personas y secuestro a más de 500, en su mayoría jóvenes israelíes y extranjeros. La zona limítrofe con la Franja estará especialmente blindada, confirmaron distintas fuentes militares. El objetivo, indicaron, es que puedan desarrollarse con normalidad los actos de conmemoración programados en la zona.
Nuevos bombardeos
Sobre el terreno, las Fuerzas de Defensa de Israel volvieron a bombardear objetivos en el Líbano y Gaza, donde los muertos en las últimas 24 horas se cuentan por decenas, justo en la víspera de que se cumpla un año del ataque terrorista de Hamás.
Los bombardeos continuaron sobre el país del cedro, donde al menos 23 personas murieron y otras 93 resultaron heridas, según informó el Ministerio de Salud.
En Gaza, el Ejército hebreo lanzó una nueva incursión en Yabalia, en el norte de la Franja, tras detectar la presencia de «terrorista en la zona», así como esfuerzos de Hamás «por reconstruir sus capacidades operativas», según informó el Ejército.