Doña Blanca de Castilla da nombre a la estación de autobuses

DP
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Nacida en Palencia en 1182, fue la primera española en ser reina de Francia, donde sus ciudadanos la consideraban como la «buena y justiciera»

Entrada de la estación, ahora llamada Doña Blanca de Castilla. - Foto: Óscar Navarro

La estación de autobuses de Palencia pasa a llamarse Doña Blanca de Castilla tras la orden publicada ayer en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl). Hasta ahora, la estación no tenía una denominación como tal desde su entrada en funcionamiento en 1981, pero con el objetivo de que las infraestructuras sean soporte de nuestra riqueza cultural, se la dota de un nombre representativo a la altura del legado histórico que la ciudad atesora.

Cabe recordar que la Junta de Castilla y León ha llevado a cabo actuaciones de modernización, rehabilitación y digitalización mediante la instalación de sistemas inteligentes de transporte, fruto del Plan de Recuperación, Transformación Y Resiliencia, financiado por la Unión Europea mediante Next Generation EU. Una vez ejecutadas las actuaciones, el 4 marzo, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, inauguró la remodelación de la estación con una nueva imagen arquitectónica moderna y renovada y concretó que la estación iba a llevar el nombre de la mujer palentina que se convirtió en reina de Francia. «Con ello queremos dejar patente el orgullo que sentimos por nuestra historia», expuso en la inauguración de las instalaciones.

Doña Blanca de Castilla es una mujer que cambió la historia. Palentina, nacida el 4 de marzo de 1182, fue la primera española en ser reina de Francia, regente en dos ocasiones, cargo que ejerció con una gran firmeza, autoridad y templanza, ganando el aprecio de los franceses y consiguiendo mantener unido el reino. Supo afrontar los desafíos de su reinado con una sutil inteligencia, algo inesperado de una mujer en el mundo feudal de poder masculino absoluto. Por la sabia administración del reino, su energía y coraje frente a rebeliones territoriales y nobiliarias, a la vez que cuidaba de los más desfavorecidos, se la ha considerado como la reina «buena y justiciera».

Amante de las artes, la literatura y la cultura de su tiempo (fue testiga del auge del gótico), realizó una labor importante en el patronazgo artístico del reino, y se mantuvo fiel en sus convicciones religiosas y familiares. Su legado es ejemplo insigne de liderazgo femenino durante momentos cruciales de la historia medieval europea. Una figura clave en una época convulsa que, sin embargo, ha pasado desapercibida entre los palentinos.

Los valores y la historia que el reinado y la trayectoria de Doña Blanca de Castilla transmite, 800 años después de su reinado, son modernos y actuales por lo que merecen ser recordados y perdurar en la sociedad palentina. La posición de la estación como puerta de acceso a más de 61.000 viajes y 1.500.000 usuarios al año, la convierte en un lugar ideal tanto para la difusión de la figura y obra de Blanca de Castilla entre los viajeros a modo de homenaje y memoria póstuma.