Sospecho que la sesión de investidura de Núñez Feijóo va ser bronca, escabrosa, dura. Y no por el desenlace, que, salvo sorpresón, está ya cantado, sino por el desarrollo. El clima de enfrentamiento y crispación que vivimos no augura nada bueno, ni siquiera sensatez en las formas. Y es más que probable que, tras las intervenciones de los protagonistas, nos quedemos sin saber qué quieren hacer con España, hacia donde pretenden conducirnos. En teoría, el líder del PP y candidato a La Moncloa tendría que exponer su programa de gobierno y explicar sus planes para la economía, la industria, la agricultura, las relaciones internacionales, los equilibrios territoriales y un largo etcétera, pero me temo (y ojalá me equivoque) que no será así, que, vistos los precedentes y la situación actual, tendremos doble, triple ración de amnistía, Cataluña y destrucción (una más) de España. Y me temo también que las respuestas de Pedro Sánchez no versarán sobre el hipotético gobierno de Feijóo; se limitará a darle leña. Y de Vox, Sumar, ERC y demás tampoco cabe esperar grandes discursos de Estado. Curiosidad, eso sí, por saber si Junts ha variado algo su postura o continúa con el raca-raca inaguantable e inviable de la amnistía y el referéndum de autodeterminación, que, en realidad, debería llamarse de independentismo. E interés, asimismo, por conocer si Feijóo deriva algunas de sus palabras y opiniones hacia su futuro como oposición y si Pedro Sánchez se lanza a decirnos por donde irá su posible nuevo gobierno o centrará sus turnos en el No al aspirante popular. En suma, pocas incógnitas ante una sesión a la que, al menos, hay que exigirle que no proliferen los insultos ni las descalificaciones y que impere el respeto. Ir más allá es pedirle peras al olmo, especialmente después de lo escuchado el domingo en Madrid, que viene a confirmar que siguen mandando Aznar y su profeta-lideresa en la tierra, que, incluso, llegó a acusar al sanchismo de querer acabar con Madrid tras hacerlo con la democracia, la corona y los cuerpos y fuerzas de Seguridad. ¡Cómo para esperar cordura en la investi-DURA!