La repostería palentina luce ya en sus estanterías los tradicionales roscones de Reyes, el postre favorito de los comensales para la tarde del 6 de enero, día en el que reciben bajo el árbol los obsequios de sus majestades los Reyes de Oriente.
«La gente lleva preguntando por el roscón desde octubre, pero nosotros no empezamos la campaña hasta el 24 de diciembre», asegura Monse Polo, de la Pastelería Polo, donde este dulce lleva desde la semana pasada siendo el protagonista entre las compras de los clientes. No obstante, hasta ayer, «no se han aceptado pedidos para Reyes», enfatiza.
«El 5 de enero es el día con mayor afluencia, aunque la gente lleva comiendo roscón desde que lo empezamos a vender», añade, a la vez que subraya que «no se venden más porque no damos abasto». No es para menos, pues el obrador palentino abastece a cientos de familias de otros tantos dulces que invaden la mesa en Navidad.
No obstante, apunta la gerente, «depende mucho de las fechas». «No es lo mismo que la noche de Reyes sea un martes a un domingo», aclara.
Desde Pastelería Polo se prevé una campaña «similar a la del año pasado», que se prolongará hasta el 14 de enero. «Si se puede cortar la venta se corta, ya que luego comenzamos con los dulces de otras épocas: las rosquillas de San Blas, las candelas, la orejuela, etc.» afirma Polo.
A pesar de la subida generalizada de los precios, el coste de los roscones mantiene un crecimiento estable. «Hemos incrementado el precio lo mismo que lo subimos todos los años. No porque hayan subido más los costes vamos a encarecerlo», asevera la gerente.
VARIAS OPCIONES. Si bien por fuera tienen un aspecto similar que se asemeja geométricamente a un toroide, el interior de los roscones ofrece una gran variedad de sabores para deleitar el paladar de los más dulzones. «El de nata es el que más se llevan los clientes», afirma Monse Polo, quien asegura, a su vez, que «el de chocolate y la Casa Polo también tienen mucho éxito». Este último roscón está relleno de nata, crema tostada y su interior alberga otro tipo de terminación que «hace que esté muy bueno». «Lo empezamos a implementar hace dos años y ya el pasado la gente nos lo pedía», afirma. «Muchas veces, haces las cosas en función de la familia.Este roscón le preparamos por mi hermana», explica.
«Somos de fórmulas tradicionales y usamos las mismas que mi padre. Puedes innovar, aunque, al final, lo que gusta es lo clásico. Nuestra base es muy trabajosa, pero cuando ves el resultado, merece la pena», apostilla.
El haba es el denominador común de los roscones, independientemente del sabor que tengan. La tradición popular dice que aquel que la halle en su paladar será el encargado de pagar el roscón. Además del haba, el dulce contiene varias sorpresas, como la figura, que vaticina un buen y próspero año para aquel que se la encuentre. «Empezamos a introducir el haba en los roscones por un amigo de Logroño de mi padre», asevera Polo, quien acto seguido reconoce la existencia de algún despistado. «Alguno ha venido preguntando qué era». La pastelería ofrece roscones con una y dos sorpresas.
Para que ningún palentino se quede sin probar este manjar de las navidades, se llevará a cabo, como todos los años, el tradicional reparto de roscones, que en 2023 se saldó con 7.500 raciones, lo que se tradujo en la utilización de 1.500 huevos, 70 litros de leche, 330 kilos de harina, 55 de mantequilla, 80 de azúcar, cinco de sal y 20 de levadura. Además, también existe la opción sin gluten.