Editorial

Los diez años de Felipe VI; servicio, compromiso y deber

DP
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El monarca aporta serenidad y equilibrio a un país marcado por la polarización

Felipe VI reafirmó ayer su compromiso con la Constitución y con el servicio a los españoles en el décimo aniversario de su proclamación como rey. «Una monarquía renovada para un tiempo nuevo», aquella frase de su discurso ante las Cortes de hace una década se ha convertido en el leit-motiv de un reinado distinguido por su deber con España y fundamentado en el respeto a la Carta Magna. El monarca, que ha vivido momentos complejos en estos diez años, como el desafío independentista catalán, los 254 días en los que el país tuvo un Gobierno en funciones en 2019 o la pandemia de Covid-19, se ha erigido en el garante de la unidad de un país diverso, con una ejemplaridad y una cercanía que le encumbran como jefe del Estado y sitúan a la monarquía como una de las instituciones más valoradas por los ciudadanos.  

En una jornada emotiva, donde sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, quisieron dar a los reyes su particular sorpresa agradeciéndoles, en un discurso inesperado, haberles inculcado los valores de la Corona, su valor y su propósito de estar a disposición de los españoles, Felipe VI hizo hincapié en el lema elegido para el emblema del aniversario; servicio, compromiso y deber. Tras la imposición de las condecoraciones a la Orden del Mérito Civil, el monarca destacó que esas tres palabras han sido los pilares de su desempeño. El servicio, como el propio Felipe VI indicó en su impecable alocución, por ser inherente y «parte medular» del propósito de la Corona; el compromiso, como «obligación asumida» con la Constitución y con los valores en los que se basa la convivencia democrática y los principios éticos universales; y el deber, basado en la voluntad de actuar siempre del modo más correcto, cumpliendo las obligaciones de manera «íntegra y ejemplar». Estos tres elementos, prosiguió don Felipe, son inseparables, actúan en equilibrio y se refuerzan entre sí para el ejercicio de sus responsabilidades. 

El rey no se quiso olvidar de doña Leticia, a la que agradeció su apoyo a lo largo de estos años, ni tampoco de sus hijas que, con espíritu crítico y ganas de aprender, comparten las inquietudes de su generación.

A lo largo de esta década, Felipe VI ha abanderado la regeneración de la monarquía española, convirtiéndose en un soplo de aire fresco al principio, consolidándose durante estos años en el mejor embajador de la marca España y en un inmejorable jefe del Estado, que demuestra cada día estar al servicio de todos y cada uno de los españoles, con un reinado caracterizado por la moderación, aportando serenidad y equilibrio a un país marcado por la polarización.