Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Aguantar

30/07/2024

En Palencia existía una taberna junto a la Catedral, cerca del Polistilo, el establecimiento de la familia Cruz, frecuentado desde la mañana a la noche por lo que hoy son obreros de la construcción, y entonces eran albañiles. Uno de ellos tenía por costumbre pedir un vaso y al servirlo a la dueña del bar la decía: apúntelo. Pero pasaban los días sin cobrar y la buena mujer le preguntaba: ¿hasta cuándo voy a estar apuntando, chaval? Y él contestaba impasible: Señora; hasta que yo diga ¡fuego!
¿Porqué y hasta dónde se puede soportar?
En Valencia tuve como amigo a una gran persona, hoy con un importante premio de urbanismo que hablaba sin parar, con discurso bien construido pero incesante. Al pasar por el puente del Mar, con la disculpa de atarme un zapato, le dejé los útiles de dibujo y apuntes para que los sostuviera. Pero él centrado en su discurso los aguantó y transportó hasta despedirnos en casa. Aprendí y solía pedírselo a menudo. Y mi buen amigo me reprendía, pero siempre nos reíamos. 
Pero ¿por qué soportamos situaciones insufribles?
En España soportamos un clima social inadmisible: Koldo, Tezanos, Begoña, Azagra, los Ere, las amnistías, el prófugo Puigdemont, las mentiras de las maletas de Delcy, el fiscal general y el novio de Ayuso, los ataques gubernamentales a las fuerzas de interior, la politización de órganos institucionales y una situación de conflictos y violencia en la calle. 
Y todo se resuelve echando la culpa a la extrema derecha por denunciar; a la judicatura a quien quieren mandar de un lado a otro como pollo sin cabeza; a la falta de regeneración democrática, a la que somos ajenos los españoles, pero no el gobierno, o a un periodismo permisivo por informar honrado.
Lo que atenaza es el miedo a no hallar otra cosa mejor, como siempre. Por eso no se separan los matrimonios, se soportan abusos en el trabajo… y esto nos pasa factura de coste emocional a nuestro bienestar, a la salud mental.
Sin embargo, existen alternativas antes que la depresión. No la acojan, no la abracen como solución.
¿Cuándo se gritará? ¡Fuego!