Arde Bogotá, la banda de rock alternativo que está pegando fuerte en las plataformas musicales y ocupa puestos destacados entre los grupos más escuchados del panorama actual, se subirá el sábado al escenario del Palencia Sonora en su condición de cabeza de cartel del festival.
Llegan a Palencia Sonora, una de las grandes citas musicales del año. ¿Cómo valoran este tipo de festivales en ciudades pequeñas?
De manera muy positiva, porque tiene buena fama y la gente habla muy bien de él a todos los niveles. Es un gran evento para la ciudad y una suerte de acontecimiento al que va casi todo el mundo. Formar parte de algo así es un orgullo y, además, te da la oportunidad de darte más a conocer y de compartir tu música.
Actúan como cabeza de cartel. ¿Es eso una responsabilidad añadida?
Lo relativizo bastante. Lo que tenemos que hacer es ofrecer el mejor concierto posible, intentar involucrar a la gente y que el público se lo pase bien y disfrute con nuestra música. La responsabilidad es la misma todo el tiempo, que es la máxima.
¿Conciben de una forma diferente los conciertos en solitario a los que se enmarcan en un festival?
Son distintos, sobre todo por el tiempo del que disponemos sobre el escenario. En un festival es más limitado y no te puedes explayar todo lo que quisieras ni interpretar todo lo que te gustaría, pero tiene ese punto de descubrimiento entre la gente. En cambio, si actuamos en solitario, tenemos la capacidad de hacer prácticamente todo el repertorio.
¿Qué se va a encontrar este sábado toda esa gente a la que Arde Bogotá le acompaña en el día a día y a quienes les escuchen por vez primera?
Vamos a montar una gran fiesta, que es nuestro único y principal objetivo. Si nos mojamos, nos mojamos todos, yo el primero, pero espero que la lluvia respete el festival.
Hace un año escaso que publicaron su segundo álbum, Cowboys de la A3. ¿Cómo está siendo la acogida?
Muy buena, muy por encima de lo que esperábamos. Es algo superlativo. La banda ha crecido muchísimo desde que salieron esas canciones, porque le han gustado a la gente y han aupado nuestro proyecto hacia otro nivel de repercusión.
¿Qué se mantiene y qué ha cambiado en Arde Bogotá desde su primer álbum, La Noche?
Sobre todo, nos hemos conocido más como banda y hemos ido siendo más valientes; más decididos a hacer la música que nos gusta y cómo nos gusta. Cuando se publicó La Noche nunca habíamos hecho una gira y no sabíamos si lo que hacíamos le podía interesar a alguien.
La Noche fue un disco algo más tímido en el sonido. Con Cowboys somos más nosotros mismos y a la gente le gusta más. Eso reforzó nuestra confianza.
La Salvación, Los Perros, Cariño o Exoplaneta se han convertido ya en auténticos himnos
Hay varias canciones que no pueden faltar en nuestros conciertos, sobre todo La Salvación. Nos encantó desde el principio, pero cuando empezamos a preparar el repertorio nuestra idea no era hacerla en todos los conciertos, porque suena un poco más lento. Luego vimos la reacción de la gente y nos dimos cuenta de que no podíamos no tocarla. Ahora hacemos La Salvación todas las noches de nuestra vida, porque la gente así nos lo demanda.
De una balada como La Salvación a la versión electrónica de Los Perros. ¿Cómo valoran que les versionen?
A mí me encanta, me parece una fantasía. Animo a todo el mundo que le apetezca hacerlo. Las canciones están para eso, para que otro desarrolle algo nuevo y siga creciendo.
Son ya un referente del panorama musical español. ¿Se sienten cómodos con esta definición?
Tengo la sensación de que aún estamos empezando, con muchas canciones por hacer y muchas ideas en el cajón. Esto es bueno, porque significa que estamos con hambre y ganas de hacer algo importante y duradero.
¿Cómo se presenta esta segunda mitad del año?
Tenemos conciertos muy importantes en el Wizink Center de Madrid y en el San Jordi Club de Barcelona. También queremos publicar cosas nuevas, seguiremos dando la lata.
¿Cambia subirse al escenario en Madrid a hacerlo en Palencia?
Hay un punto de inspiración en según qué escenarios, pero donde radica la magia del concierto es en la implicación de la gente. Una fiesta buena no tiene que ser en la discoteca más grande de Ibiza, puede ser en el piso de tu colega Antonio si se monta algo mágico. Cuando eso pasa, el recinto es lo de menos.