Conocer, disfrutar y compartir el Archivo

Margarita Ausín
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Abren las puertas de par en par para enseñar a pequeños y mayores los tesoros que guardan

Conocer, disfrutar y compartir el Archivo - Foto: DP

Tres son los deseos para esta Semana Internacional de los Archivos: conocer, disfrutar y compartir el conocomiento.

Conocer: Un lugar privilegiado de cultura como es el Archivo. Un ambiente de conocimiento. La disposición de estrecha colaboración entre los custodios de la documentación y quienes van a consultarla. El deseo continuo de facilitar el acceso a la documentación. La asistencia total al investigador o al usuario, ayudándoles a buscar los documentos que les puedan ser más útiles para su investigación científica o personal. Un pretexto de aprendizaje constante entre el investigador y el personal del Archivo.

Un objetivo, seguir indagando por los fondos documentales, en los entresijos de la historia. El afán de seguir examinando profundamente en los registros que leemos en las actas, en los protocolos, en los libros bautismales o en los proyectos de construcción de puentes, carreteras o edificios. La constante curiosidad por analizar y descifrar los infinitos documentos que traen noticias sobre las comidas en los banquetes reales, las corridas de toros para festejar el día del Corpus Christi, las procesiones de las cofradías penitenciales y sacramentales, las fotografías de la vida cotidiana de nuestros antepasados, los inventarios de arbolado que tiene nuestra provincia y que guarda el Archivo Territorial de Palencia o la trayectoria investigadora de los ilustres vecinos de Palencia que nos antecedieron como Juan Valverde médico de Amusco (1525-Roma,1588).

La reflexión serena y meditada sobre los datos que vamos descubriendo en los contratos de aprendices en la Edad Media, en los libros de contabilidad de una de nuestras empresas galleteras, en los dibujos y plumillas que realizaban arquitectos, ingenieros e incluso algún médico como Ramón y Cajal o simplemente en la correspondencia personal de algún particular, como la de la palentina de adopción Pilar de Valderrama, la Guiomar de Antonio Machado.  

Todos estos puntos y más…dan pistas de porqué hay que conocer un Archivo.

Disfrutar: con todas las expectativas que nos genera la búsqueda o la investigación que vamos a llevar a cabo. Examinando los inventarios, los catálogos o las bases de datos de que disponga el Archivo, donde podamos encontrar el inicio de nuestro trabajo o el hilo conductor de él.  Con las referencias bibliográficas que pueda contener la biblioteca auxiliar. Con el intercambio de ideas y datos que se realizan en la sala de consulta entre los investigadores, los usuarios y el personal del Archivo. Con esas primeras búsquedas infructuosas que a veces nos hacen perder las ganas de continuar. Con el hallazgo casual o no, de un dato que nos lleva a perseguir con mayor entusiasmo la búsqueda de otro.

Una pista, un rastro, un indicio que acabamos de encontrar sobre nuestra investigación que nos vaticina que estamos en el buen camino. Como son las que se están haciendo sobre nuestra hermosa y antiquísima imagen de Nuestra Señora de Rocamador, desubicada de su zona de San Lázaro y actualmente en la Parroquia de San Marco.

Con esos momentos de desilusión y de optimismo que generan los datos que vamos hallando.  

En fin, disfrutar con la propia investigación que estamos realizando y sobre todo con el resultado de ella.

conocimiento.  San Isidoro en su obra Las Etimologías decía «debes compartir lo que sabes y además lo que aprendes, así la sabiduría podrá alcanzarte». Esta máxima de tan insigne sabio, lo es también para el Archivo, donde cada una de las investigaciones que se realizan en él se comparten con los investigadores y usuarios que pasan por allí con el fin de que todos podamos ampliar conocimientos.

Compartimos las exposiciones que realizamos en nuestras salas donde las fotografías, los discos, los documentos, los planos, los periódicos, las revistas…, que guardamos y que no se consultan con asiduidad, sean mostrados como signo de conocimiento y transmisión de la riqueza de nuestro patrimonio documental. 

Exposiciones monográficas sobre un tema o un autor concreto, como las que se realizan sobre la sección de fotografía que tiene el Archivo Histórico Provincial de Palencia, donde fotógrafos provinciales como Idelmón, Álvaro de Castro, Tonino o Florencio Domínguez muestran las técnicas fotográficas que utilizaron, con las que retrataron a nuestros antepasados plasmando en imágenes su vida, sus aficiones, sus celebraciones o sus gustos. 

A veces compartimos el conocimiento con otros Archivos públicos o privados, españoles o extranjeros, a los cuales se les presta documentación para que pueda ser expuesta en un ámbito expositivo especial, como fue en la vigésima  edición de la Exposición de Las Edades del Hombre realizada en 2015 sobre Teresa de Jesús: Maestra de oración, donde el Archivo de las Madres Carmelitas de Palencia cedió documentos originales de la santa. 

En ocasiones, nuestros documentos viajan a lugares que están relacionados con la localidad donde se van a exhibir, con la familia de quién trata la exposición o con los hechos que allí acontecieron como ocurre en la actualidad, con la exposición documental de la Fundación Fundos sobre Suero de Quiñones en el monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes (Palencia). Se pretende con ella acercar, compartir y divulgar el patrimonio documental que la Fundación tiene relacionado con Carrión y la gran aportación que esto supone al conocimiento y a la cultura.La divulgación de nuestro patrimonio documental a través de los medios de comunicación y de las redes sociales nos permite expandir los hallazgos realizados en nuestros Archivos, las líneas de investigación que se han abierto o las posibles que se puedan abrir. En alguna ocasión presentando en el propio Archivo las publicaciones que se han elaborado con los fondos que en él se guardan.

Nuestro deseo de compartir es palpablemente visible durante esta Semana Internacional de los Archivos,  cuando abrimos las puertas de par en par para enseñar a pequeños y mayores los tesoros que guardamos en  las estanterías y compactos para que puedan sentir nuestros tres deseos: conocer, disfrutar y compartir el Archivo.