Lo vivieron junto a sus hijos Fernando, Rodrigo y Diego y, pasado un tiempo, decidieron que había que contarlo. El matrimonio palentino formado por Fernando Ucha y Elena Martínez, ambos profesores de Economía en Madrid desde mucho tiempo atrás, han publicado Protocolo Zombie. Diario Familiar de una pandemia, en el que resumen, de forma amena y pormenorizada, sus vivencias y las de su entorno doméstico, día a día, y con todo lujo de detalles.
Con la aplicación WhaatsApp como aliada, los familiares de Fernando y Elena fueron recibiendo e intercambiando mensajes de texto sobre su acontecer diario. Acabaron llegando a 1.367 personas, algunas de ellas en el extranjero, y los buenos momentos, y algunos menos buenos, cogieron forma y se convirtieron hace pocos meses en un libro de 212 páginas.
«La historia comenzó porque empecé a mandarles a mis familiares, a mis hermanos y a gente conocida lo que yo iba escribiendo cada día sobre lo que nos ocurría y hacíamos en el transcurso de la pandemia. Madrid fue la primera ciudad en evitar cualquier tipo de contacto y cerró todo. A quienes leían lo que tanto yo, como Elena que me ayudó varios días, les hacíamos llegar sobre nuestra rutina, les gustó. Contamos detalles como el de que hacíamos media hora de gimnasia, entre otras muchas cosas», explica Fernando Ucha.
Dado que el matrimonio narrador del día a día en plena pandemia lo forman profesores que daban clase de forma telemática, las anécdotas no dejaron de sucederse. «Compré cinco ordenadores porque estaba el mío para trabajar, el de Elena para los mismo, y luego, mis hijos los debían usar para estudiar. Entre todos no dábamos abasto porque ellos, además, debían atender sus clases normales», asevera.
Entre medias, el anecdotario lo protagonizó algún hijo. «Rodrigo, el mayor, es abogado y, por naturaleza, le encanta la jurisprudencia. El caso es que se leía todas las leyes y restricciones en torno a la covid-19 y nos machacaba a diario. Que si no se podía salir de casa a tal hora, o que desde las autoridades sanitarias nos daban una serie de instrucciones súper raras», concreta.
todo queda en familia. Fernando Ucha compartió la tarea de confeccionar el diario familiar de la pandemia con su mujer Elena. «Ella también echaba una mano y ese apoyo la convierte en coautora. Cada día nos poníamos un rato a ello y nos preguntábamos el uno a otro qué escribir y contar, desde que un día antes entró un pájaro en casa a cualquier otro tipo de circunstancia que mereciera la pena», indica.
Como la pandemia no entendía de celebraciones fuera del domicilio familiar, llegó la fecha prevista para la comunión de Diego, su hijo pequeño «Tenemos tres chicos y la idea era que el traje con el que comulgó el primero sirviera para los otros dos. La celebración la hicimos en casa con las medidas pertinentes, eso sí, sin invitados, pero nuestro hijo no se quedó sin poder disfrutar de ese día importante», apunta.
El matrimonio decidió ordenar ideas y Elena conoció que en la editorial Círculo Rojo se daban facilidades para publicar lo recopilado, corriendo con los gastos de la edición. «La primera tirada fue de 500 ejemplares y el libro es para regalárselo a muchos amigos y conocidos que nos siguieron en lo contado sobre el devenir de la pandemia en nuestro hogar. Dárselo a mis hermanos y a mis cuñados y los de Elena nos llenó de orgullo. Al principio abrían el regalo como diciendo qué detalle tan bonito y, luego, se acababan enterando de que tenían un libro nuestro en sus manos. Protocolo Zombie. Diario Familiar de una pandemia está a la venta en la Casa del Libro, Amazon y Fnac, pero lo de menos es venderlo», concluye Fernando Ucha.