De forma ceremoniosa, a primera hora de la mañana, unas 300 personas se agolpan en los alrededores de las instalaciones de la Universidad de UCLA, en Los Ángeles. Esperan a sus ídolos del Real Madrid a que les firmen camisetas, posen con ellos o lo que se tercie. Todo está tranquilo... Hasta que aparecen los jugadores para acceder a los campos de entrenamiento. Se desata la locura, la histeria colectiva, gritos y casi todos son los mismos:Vinícius.
Ya sin Benzema en el club blanco, los fans californianos, pese al intenso calor, no dejan de corear el nombre del brasileño, quien se para a firmar autógrafos y hacerse fotografías con sus seguidores. Como sucede allá donde va, él los 'cuida', y no es raro que les regale una camiseta.
Ahora, en pretemporada, cada día es una fiesta, aunque en breve empieza lo serio. El próximo domingo (madrugada del lunes en España) frente a la Juventus. Es un amistoso, pero por el campo no se verá a nadie con el dorsal '9'. El excapitán y Balón de Oro eligió los petrodólares y ya no está en el equipo, y tendrá que ser el nuevo '7' -pidió en junio el mítico número- el que tire de él.
¿Le vendrá grande? Ni mucho menos. Ya lo demostró en muchos partidos la temporada pasada, pues el francés pasó gran parte de ella KO, y el delantero asumió los galones con naturalidad.
No obstante, en Liga, el de Río de Janeiro cayó numerosas veces en provocaciones y no fueron pocos los puntos que se perdieron fuera de casa por culpa de las 'ausencias' de este cuando sus rivales e incluso el público le insultaba. Habrá que ver si es capaz este curso de soportar la presión y no caer en las 'trampas' de los adversarios que saben cómo sacarle de quicio, ya sea a base de hacerle muchas faltas seguidas con o sin insultos. El ariete tampoco tuvo una actitud ejemplar y cayó en el juego, por lo que le piden madurez. En el club confían en que en esta temporada que ya está a punto de arrancar aparezca un nuevo Vinícius, que se limite a saber lo que hace:jugar.
Hace unos días se cumplieron cinco años de su llegada al Santiago Bernabéu. Fue casi de puntillas. Unas 3.500 personas le esperaban, posiblemente muchas de ellas eran turistas que visitaban el museo del club.
Flamengo y Castilla
Poco se sabía de él, que era un futbolista prometedor traído por Juni Calafat, que había salido caro (41 millones al Flamengo, luego se supo que fueron 65) y que llegó de la mano con Rodrygo. Se especuló con que iba a ser cedido y al final la cúpula decidió que fuera al Castilla a foguearse y que, puntualmente, subiera al primer equipo.
Llegó en un mal momento, para muchos el final de una era. Con la Champions número 13 recién conquistada, Zidane se había despedido del banquillo el 31 de mayo y Cristiano se acaba de marchar a la 'Juve'. Todo apuntaba a un cambio de ciclo. Yasí fue, ya que el que iba a ser el líder de la escuadra, Gareth Bale, no estuvo a la altura y el nuevo entrenador, Julen Lopetegui -expulsado de la concentración de España en el Mundial de Rusia-, fue cesado el 28 de octubre tras una paliza del Barça (5-1).
Fue el momento de Santiago Hernán Solari, que duró cuatro meses. Lo justo para que le diera la alternativa a Vinícius, 'explotara' y se echara al equipo en la eliminatoria contra el Ajax en Liga de Campeones, conquistando al público del coliseo blanco. Ahora lo seguirá haciendo, pero con un contrato de cinco años que firmará en breve. Será el mejor pagado.