Alto Pisuerga: En busca de la raíz del folclore

César Ceinos
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La pasión de los integrantes del grupo de baile tradicional y de panderetas de Cervera por su pasado mantiene vivo el recuerdo de las danzas y la música de los pueblos del norte de la provincia

En el santuario de Nuestra Señora del Brezo, en Villafría de la Peña - Foto: DP

Mantener vivas las danzas y las músicas tradicionales de la Montaña Palentina y difundirlas tanto en casa como fuera de la comarca norteña son los grandes objetivos del grupo de baile tradicional y de panderetas Alto Pisuerga de Cervera. 
Los primeros pasos de esta aventura, como admite el responsable de la entidad, Juan Carlos Otero,se dieron «sin buscarlos», solo por la pasión de recordar y mostrar «la forma como se divertían nuestros antepasados». «Se lo pasaban muy bien sin tener necesidad de que fuera una fiesta especial.En una comida familiar o un encuentro sacaban la pandereta, que era lo único que había, y bailaban», rememora. Cuenta que sabía tocar la pandereta tras aprender de las mujeres de los pueblos, en especial de la cerverana Asunción García Antón, y que varias personas le pidieron que siguiera difundiendo los toques. «Nos juntábamos en casa de una de ellas de vez en cuando y, poco a poco, les enseñaba el manejo y la forma de tocar típica de la zona de la Montaña Palentina. Éramos un grupo de amigos que intentamos que no se perdiera nuestro folclore», explica el director.

Con el paso del tiempo, estos encuentros fueron aumentando en participantes y, ya sí, se formó un grupo.En principio, únicamente de pandereteros. Otero fecha su inicio hace una década. Nació con la intención de buscar «la raíz del folclore» y huir de «coreografías que fueron inventadas por los grupos de Sección Femenina». «Nosotros veíamos que esa no era la realidad», lamenta. Como ejemplo pone los bailes de pandereta de Arbejal. «Todavía había pandereteras que seguían haciéndolo y veía que la gente mayor bailaba de una forma diferente a los grupos. Sentía la necesidad de hacer esto porque se lo he visto hacer a mis familiares y hemos querido mantener ese legado que es importante preservar», añade.

Para ello, comenta que llevó a cabo una labor de campo en la comarca preguntando a los vecinos, especialmente las mujeres, que pudieran transmitirle los cánticos y bailes que pasaban oralmente de generación en generación. Además, recurrió a los archivos de la tradición oral de laFundaciónJoaquínDíaz y a las grabaciones de Guzmán  Ricis para ahondar en el pasado de la Montaña Palentina. «Poco a poco fui haciendo este trabajo de recuperación y es lo que he intentado transmitir a la gente que ha querido contactar.Afortunadamente, en un tiempo hubo bastante gente.Tras el grupo de panderetas de Cervera se creó otro en Aguilar de Campoo.También lo enseñé en Guardo y Santibáñez de la Peña», comenta. Actualmente está compuesto por una quincena de personas con edades comprendidas entre los 40 y los 80 años.

Pero la difusión del folclore norteño no se detuvo en las panderetas. «La gente también quería bailar», explica Otero. Y por esta razón decidieron avanzar y unieron el grupo de danzas tradicionales y el de panderetas. «De hecho, la mayoría formaba parte tanto de uno como de otro», declara.El resultado lleva como nombre Alto Pisuerga en honor a la comarca y desde hace cinco años está constituido  como asociación cultural. «A partir de ahí hemos llevado el folclore de la Montaña a diferentes puntos», explica. Recientemente acudieron al Encuentro Nacional de Folclore de Burgos, pero también tocaron y bailaron en el santuario de NuestraSeñora del Brezo, en el antroido de Aguilar, en el festival folclórico provincial de Guardo o en las fiestas de SanFroilán de León. Además, como no podía ser de otra manera, actúan en celebraciones cerveranas como los días de la Virgen del Castillo y de SanIsidro, y en Navidad. «Recopilamos el canto del Ramo, que está muy extendido en la provincia leonesa, pero en Palencia está perdido. Tirando de informantes y de ciertas grabaciones encontramos uno que se ofrecía en la misa del gallo.Desde entonces, cada año lo hacemos», explica.

VESTIMENTAS. Por otro lado, Otero hace hincapié en que han buscado la indumentaria tradicional de la zona para que no se olvide.En este caso, ocurre lo mismo que con las danzas. «El traje regional dista mucho de la indumentaria real. Y hemos querido recuperar la forma en la que se vestían a mediados del siglo XIX», explica. Para conseguir este objetivo, AltoPisuerga, acudió al museo etnográfico PiedadIsla. «Con permiso de laFundación abrimos unas arcas y encontramos mantones, sayas, manteos, pañuelos, camisas y justillos, entre otras cosas.Eran todas muy antiguas, pero eran las que utilizaban», declara antes de explicar que, con las actuaciones,«también reivindicamos esta forma de vestirse». «No tenemos tanta ropa antigua para ir todos con ella. Por eso, también llevamos reproducciones», informa.

Este trabajo, sin duda, ayudará a que las próximas generaciones puedan conocer himnos de la Montaña Palentina como las jotas de La Pernía, de la Limoná, La Flor del Romero o de medio cantar. «El repertorio es bastante extenso. Tenemos varias rondas, canciones de trabajo o bailes a lo ligero, como el de La Paloma o La Lamparilla», concluye.