Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Unirse y reunirse

19/12/2023

Nos viene bien dejarnos agasajar por la inspiración del alma. Andamos hambrientos de alegría. ¡Triste época la nuestra! Hay que despojarse de este orbe injusto a más no poder, hacerlo pronto y sin demora; sabiendo que no hay sosiego sin rectitud, ni tampoco rectitud sin enmienda. Lo importante es despertar la conciencia, mover aires para celebrar nuestro concierto existencial con sonidos variados que armonicen, respetando los acuerdos universales, poniendo en valor el viento de la fidelidad y colocando en acción el mar celeste, para que nos dé vida y una vida en satisfacción. 
Precisamente, la ONU fue fundada en la premisa de la unanimidad y el acuerdo entre sus miembros, expresada en el concepto de seguridad colectiva, que se basa en la lealtad de sus miembros a mancomunarse, para mantener la paz y la seguridad internacionales. Quizás, hoy más nunca, precisemos que el mundo sea solidario, acogiéndonos para darnos cobijo, sobre todo entre sectores desfavorecidos. Está visto que unirse es el inicio vivencial perfecto, que reunirse para estar juntos es la mejora en el camino y que trabajar todos a una es la superación óptima.
A la luz de este anhelo de aunarse, fundirse o hermanarse, el desarrollo adquiere su trascendencia mística, en la medida que nos colma de calma y nos enciende lo bueno, a la comunidad humana, en su totalidad. Únicamente de este modo, pasaremos página a tantos peligros, a un  mal uso de los programas de adelanto, dado que la solidaridad nos da el punto exacto para actuar adecuadamente, con la base ética de la transparencia, sin que nadie quede excluido, lo cual representa una significativa aportación para la conciliación. 
El día en que nos miremos a los ojos para saciarnos de amor, descubriremos el auténtico hálito copartícipe. Esta es nuestra positiva clave para la paz, algo que sólo está en nuestras manos. Todo depende, pues, de nosotros, de saber custodiar/compartiendo. No olvidemos que vivimos en una misma morada y con un destino en dependencia de unos hacia otros. Por ello, tenemos que darnos sanación con originales formas de hospitalidad familiar, pero también con nuevos fondos de humanidad fecunda y sincera. ¡Feliz Navidad!