Jude Bellingham parece haber nacido para triunfar, para entrar en los anales de la historia futbolística. Tiene todo de cara para ser leyenda: liderazgo, gol, presencia, empuje, ambición... Porque ayer, en su primer clásico con la camiseta del Real Madrid, salió por la puerta grande, como el gran protagonista del encuentro, a pesar de que no se desenvolvió especialmente bien en el encuentro, en el que en muchos momentos Gavi le ganó la partida por intensidad,
El futbolista de Los Palacios, todo pundonor, estuvo muy encima del inglés y en el primer tiempo le anuló. No se libró Bellingham del desbarajuste generalizado madridista, reconocido por Ancelotti en sala de prensa. Sin brillar, sin hacer una primera parte primorosa, el Barcelona se marchó al descanso con ventaja. Simplemente aprovechando los errores del equipo merengue, logró un gol y estrelló un balón en la madera.
Justo antes del descanso, además, Araújo solicitó con vehemencia como penalti una acción en la que Tchouaméni claramente le agarra ¿lo suficiente? como para derribarle e impedirle participar en la jugada. Y en el inicio del segundo tiempo, otro esférico dominado por los blaugrana, cabeceado por el vizcaíno Íñigo Martínez se topó con los postes de Kepa.
No se desarrollaba el partido tampoco por los derroteros que interesan a un jugador con las condiciones de Bellingham: poca verticalidad, mucha pausa, mucho centrocampismo y poca ida y vuelta, donde el británico exhibe como nadie su zancada y su presencia.
Pese a ello, tuvo la capacidad de hacer saltar por los aires el clásico. Primero, con un chut lejano que sorprendió a Ter Stegen y que espoleó a su equipo cuando parecía a merced del Barcelona. Y después, ya en el tiempo añadido, porque demostró que es un centrocampista con alma de 'nueve'. Cuando el encuentro laguidecía y pese a tener mejor moral los blancos no generaban peligro, el '5' apareció en el área pequeña para remachar a las redes una acción rocambolesca en la que Modric no controló un centro de Carvajal pero el balón salió rebotado, superando por arriba a Íñigo Martínez (uno de los mejores del encuentro) y 'cayendo' a los pies del exjugador del Dortmund para que batiera al capitán blaugrana y llevara el delirio a la expedición madridista y sus miles de seguidores que se encontraban en las gradas de Montjuïc.