Volver a dar un 'golpe sobre la mesa'. Ese es el principal objetivo de la selección alemana en esta próxima Eurocopa. 'Die Mannschaft' quiere olvidar las decepción del último torneo continental en 2021, donde cayó contra Inglaterra en octavos de final y, en especial, la del pasado Mundial en 2022. En Catar no pasó siquiera de la fase de grupos, algo intolerable para los intereses del combinado teutón, que tiene en esta cita, en la que partirá como anfitrión, una gran ocasión para recuperar su jerarquía a nivel internacional.
Conseguir un buen resultado ayudaría a 'calmar las aguas' en el seno de la federación germana. Por el momento, la DFB ha apostado por la estabilidad en el plano deportivo tras la renovación de su seleccionador, Julian Nagelsmann. El joven entrenador, de solo 36 años, no hizo caso a los 'cantos de sirena' del Bayern de Múnich (club del que salió por la puerta de atrás anteriormente) y será el encargado de dirigir a la cuatro veces campeona del mundo. Para ello contará con la presencia de Toni Kroos, que afrontará su 'último baile' antes de colgar las botas tras varios años de ausencia del fútbol de selecciones. Viene de conquistar la Liga de Campeones y espera poner el broche de oro a una destacada carrera con otro título continental en su país. La presencia del centrocampista del Real Madrid, unida a la irrupción de otros talentos emergentes en los últimos tiempos como Florian Wirtz o Jamal Musiala, debería ser argumento suficiente para colocar a Alemania entre los principales candidatos al título continental. Pero, a tenor de los anteriores precedentes, no podrá confiarse.
Su trayectoria en los últimos meses tampoco ha sido sobresaliente, llegando incluso a encadenar hasta tres derrotas consecutivas el pasado año, contra Japón, Colombia y Polonia. Sí que dejó mejores sensaciones en los últimos compromisos internacionales de marzo, donde logró dos victorias de prestigio en sendos amistosos contra los potentes combinados de la Francia de Didier Deschamps (0-2) y la Países Bajos de Ronald Koeman (2-1). Sin embargo, la victoria por la mínima ante Grecia (2-1) y el empate frente a Ucrania en sus últimos test previos a la gran cita parecen haber frenado la euforia de los meses anteriores.
Por experiencia, historia y talento, el bloque teutón parte como favorito en este Grupo D, pero la exigencia será máxima desde el primer momento. Si por algo destacan sus oponentes es, sobre todo, por su gran competitividad. El mejor ejemplo es la selección de Suiza. El combinado helvético es todo un 'hueso' en este tipo de certámenes y cuenta con la veteranía de futbolistas como Sommer en la portería (Inter), Akanji (Manchester City) o, en especial, Xhaka (el 'metrónomo' del Bayer Leverkusen de Xabi Alonso).
También Escocia llega a la cita con la ilusión de hacer un buen papel y de olvidar su mala actuación en 2021, donde acabó última en la fase de grupos en la cita continental. Ya ha demostrado que es capaz de dar algún que otro 'susto'. Pudo dar fe de ello España hace más de un año, que perdió contra la escuadra británica durante la ronda de clasificación.
El 'ejército de tartán' se siente cómodo con el papel de 'outsider'. El principal argumento para pensar en cotas mayores dependerá, en gran medida, de la versión que pueda ofrecer Scott McTominay. El mediocentro del Manchester United ha sorprendido a todos al exhibir una gran versión goleadora bajo el esquema del seleccionador Steve Clarke.
Por último, y con un perfil más bajo, que no menos peligroso, está Hungría. Puede que los focos no apunten al equipo magiar como posible candidato a pasar a octavos, pero llega a esta Eurocopa con la ilusión por bandera y con el aval de haber dado 'guerra' en la pasada Liga de Naciones tanto a Alemania, con la que no perdió ninguno de sus dos duelos, y ante Inglaterra, a la que llegó a golear por 0-4 a domicilio.