Según los datos que publica hoy Diario Palentino, las industrias de la provincia encabezan la contratación de trabajadores que no viven en Palencia. Las empresas de este sector firmaron 8.039 acuerdos laborales a personas residentes en otras provincias a lo largo del año pasado. Equivalen al 58,9% del total, que ascendió a 13.641, según los datos publicados en la última actualización del estudio Movilidad geográfica de la contratación en España que elabora el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Se trata de un dato demoledor que invita a realizar varias reflexiones. La primera de ellas no deja de ser mera coyuntura demográfica. A nadie se le escapa que Palencia es una de las provincias más envejecidas de España, con una media de edad que supera los 60 años, lo que indica que muchos jóvenes en edad de trabajar no se encuentran actualmente haciendo su vida a orillas del Carrión o han emigrado a otras provincias para buscarse un mejor sustento.
A partir de aquí vienen el resto de consecuencias. Falta un verdadero motor educacional que pueda sostener las grandes joyas del tejido productivo palentino, que no son otras que la automovilística y la agroalimentaria. Porque con tener jóvenes no vale, hace falta contar con la participación de gente joven preparada y cualificada para poder participar en los procesos productivos que demanda esta parcela económica. Renault es un ejemplo claro: la mano de obra que demanda no pasa por saber cómo colocar un tornillo. Por lo tanto, la pregunta es obvia ¿contamos con centros y expertos educacionales para afrontar estos retos? Ahí puede estar otro de los argumentos para responder por qué se contrata a gente de fuera de la provincia.
Seguimos empeñados en fomentar el turismo provincial, lo cual está muy bien, pero quizá el enfoque más apropiado es detenerse y potenciar aquellos sectores que potencian el I+D+i y dejan aquí el valor añadido y desde luego la industria del motor y la agroalimentaria son vitales.
Asegura el presidente de CEOE Empresas de Palencia, José Ignacio Carrasco, que «lo ideal» sería que todas las personas que trabajan en la provincia vivieran cerca del puesto de trabajo. «Los empresarios damos formación para evitar accidentes de trabajo, pero no podemos dar formación de circulación viaria», indica. Todo eso está muy bien, pero hay que volver a la realidad del problema. Palencia no hay jóvenes que puedan alimentar una industria potente y del primer nivel. Se necesita formación mucho más cualificada y especialmente faltan más empresas de primer orden y eso conlleva iniciativas administrativas de mucho más calado que los cheques bebé o la disposición de parcelas.