Fue el 31 de agosto de 1988 cuando el bar Javi abrió sus puertas por primera vez. Tres años después, Javier entraba a formar parte del negocio familiar y se ha mantenido al pie del cañón hasta el día de hoy. 

Especializado en comidas, este local de la calle Mayor Antigua, número 32, es uno de los más concurridos cuando llega la hora del almuerzo o de la cena.

La persiana se levanta cada día a las diez de la mañana para comenzar a repartir cafés con los que dejar atrás el sueño. Además, la cocina empieza a preparar todo lo necesario para afrontar una nueva jornada cargada de exquisiteces culinarias con las que sorprender a los clientes palentinos y a quienes visitan la capital. 

Cuando el hambre aprieta, trabajadores, turistas y vecinos van llegando para ocupar las 12 mesas del comedor. 52 sillas en total son las que se llenan de comensales con ganas de saciar su apetito con las viandas que se cocinan al estilo casero en estos fogones.

El menú del día es sencillo, tres primeros y tres segundos. Lo complejo es elegir entre las opciones, todas ellas igual de sabrosas. Carnes, pescados, legumbres, ensaladas, pastas... En este bar hay de todo, pero los clientes suelen acudir a probar las mollejas de lechazo, los callos, las manillas o el bonito escabechado.

El broche final a la comida lo ponen los exquisitos postres. Dulces bocados totalmente caseros entre los que no faltan los flanes, las natillas, el arroz con leche o la mousse de limón. Auténticas delicias que hacen la boca agua con tan solo pensar en ellas. 

Jueves, viernes y sábados, los comensales tienen otra cita con el bar Javi a la hora de la cena. Esta vez son las ensaladas, las chuletillas, el solomillo o el entrecot los que copan las comandas, en lugar de guisos más contundentes.

Los clientes optan por platos más ligeros entre los que también se cuelan las tablas y las raciones de pulpo, calamares o gambas, por mencionar algunas opciones.

Todas estas bondades hacen de este un auténtico negocio con nombre propio que no puede faltar en la lista de establecimientos más sabrosos de la capital.