Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Un día en Triollo

24/11/2023


«No se puede fundamentar el desarrollo de una comarca en algo tan variable como el turismo». Eso me dijo Fructuoso Díez, El Toso, a la entrada de Triollo, en enero de 1995. Unos años antes, en el diario Noticias de Palencia, yo alimentaba una sección que se titulaba La vuelta al campo de los jóvenes. Jóvenes como Fructuoso, que acababa de dejar sus estudios de perito industrial en Valladolid para venir al pueblo.
Lo que a él le motiva en aquellos días es el cambio de una sociedad de consumo a una vida más rica, más cerca de lo que soñaste un día para vivir, que no es algo baladí, ni tiene tanto en contra como argumentamos. El hecho evidente es que Toso vino y se quedó a trabajar y vivir en esta tierra. Desde las oficinas no se puede hacer un Parque. A eso ya le dimos vueltas y coincidimos en el juicio. Pesan sobre aquellos pueblos, en ese momento, dos importantes cuestiones: un pantano en Vidrieros, que al final no se hace por respeto al oso y el borrador de un Parque Natural con muchas lagunas. «Pues tengan en cuenta que si existe este medio como está, se lo debemos a la gente de aquí, a los vecinos que habitamos durante todo el año en esta tierra».
Aquella frase del Toso me sirvió a mí para resumir siempre la vida en estos pueblos, tan condicionada por su enclave, lejos de la administración, muy abandonada en todo lo concerniente a lo más básico: escuelas, en aquellos días; centros de salud, vacíos hoy la mayoría y con una atención tercermundista el resto, y carreteras como la que sufrimos, que son caminos de cabras, sobre la que van echando pegotes que lo único que consiguen es acelerar su deterioro.
Hace unos días, queriendo saber la suerte que ha corrido y cuánto se cumplió de su deseo, llamé a Triollo y hablé con su esposa. Frente a tanto abandono y desolación, ellos se vistieron de montaña. No les amedrentó la dureza ni el desamparo. La montaña fue su vida y en ella fueron escribiendo, como sus vecinos, la historia, también con capítulos hermosos y esperanzadores.

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