El Ayuntamiento de Paredes de Nava expuso en el Palacio de Cristal de Arganzuela (Madrid) su experiencia en materia de repoblación, que ha permitido la llegada de 120 vecinos nuevos a la villa en los dos últimos años.
El alcalde, Luis Calderón, centró su intervención en el marco de la Feria Presura en el problema de la vivienda y las posibles alternativas existentes para ponerlo solución. Así, se refirió a experiencias llevadas a cabo en la localidad terracampina, donde ya se está produciendo una «reactivación» del mercado inmobiliario, tanto en compra como en alquiler.
La puesta en funcionamiento de la Oficina de Repoblación -«una experiencia innovadora en la lucha del reto demográfico en el ámbioo rural», destacó Calderón-, la llegada al territorio de nuevos perfiles laborales y la integración de los últimos pobladores en el municipio fueron otros de los temas tratados en este foro organizdao por El Hueco Soria.
La arquitecta Pilar Diez también expuso sus trabajos en materia de arquitectura tradicional. En concreto, tuvo ocasión de mostrar el proyecto Assur, Laboratorio Cultural ubicado en Monzón de Campos, una «nueva forma de dinamizar el territorio desde el punto de vista artístico y arquitectónico».
CIEN EXPERTOS
Calderón y Diez fueron dos de los cien participantes en la feria, en la que se puso el acento en los problemas y sus posibles soluciones vinculados al reto demográfico, que afecta especialmente a las comunidades autónomas del interior.
Cada año, en Presura, se van detectando nuevas necesidades y realidades que van evolucionando. Así por ejemplo, en ediciones anteriores se puso el foco en la conectividad, algo en lo que se ha ido avanzando. Sin embargo, actualmente la vivienda centra muchos de los debates del mundo rural como ha evidenciado esta edición, que llenó de experiencias novedosas como las de Paredes el Palacio de Cristal.
Por otro lado, cabe destacar que igualmente se edita una revista que recoge las principales líneas de trabajo en materia de repoblación. En este caso contiene un articulo sobre el Cerrato, donde El Hueco trabajó en el marco de un convenio con la Diputación, y un cuento escrito por Luis Calderón titulado Historia de un cofrade.