Remolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al año

J. Benito Iglesias
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La empresa familiar de Villaherreros exporta sobre todo a Francia, seguida de Portugal y Alemania, y atiende algún pedido para el norte de Europa, América y África, con un porcentaje de un 15% en el mercado exterior

Remolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al año - Foto: Sara Muniosguren

Remolques Rodríguez, que sima cuatro generaciones dedicadas a la fabricación de remolques de transporte y enganches adaptados a todo tipo de vehículos, con especial hincapié en el sector agrícola pero sin desdeñar múltiples modelos vinculados al deporte, la caza o cisternas para almacenar y trasladar todo tipo de combustibles, alcanza este año su centenario con una producción de 700 unidades de todos los tamaños. El sello de calidad convierte a la empresa familiar en una de las más importantes del país en su sector y su fábrica desde hace décadas se asienta en Villaherreros, además de contar con una delegación comercial y una nave de gran tamaño dedicada a la exposición y venta en el polígono industrial de San Antolín, en la capital.

Tras unos inicios a pequeña escala en el medio rural, el negocio se fue expandiendo hasta convertirse en uno de los grandes fabricantes a nivel nacional, aunque también exporta, sobre todo a Francia, seguida de Portugal y Alemania, y atiende algún pedido puntual para el norte de Europa, América y África, y un 15% de la producción destinada al mercado exterior. 

«No se trata de la cantidad fabricada ya que cada vez los remolques son más especiales y grandes y no los hace cualquiera. Como ejemplo, ahora estamos fabricando dos especiales que van  a Suiza. Vendemos en toda España con clientela de muchos años atrás que confía en nosotros, pero hay una gran competencia, sobre todo en el sur, caso de Andalucía, además de en Murcia y en Galicia. Hay mucho fabricante que trabaja muy barato, pero no cuentan con los remolques un tanto especiales que nosotros ponemos en el mercado», explica Raúl Rodríguez, director general.

Remolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al añoRemolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al añoComo todo, la empresa ha evolucionado en función de la demanda de nuevos soportes de transporte y ahora está pegando fuerte el de las bicicletas o el de enseres de todo tipo que muchos turismos utilizan, ampliando el campo a los animales. «Se venden cada vez más portabicicletas y portamaletas, en este caso porque los coches cada vez tienen menos maletero. También fabricamos numerosos cajones para llevar los perros y mascotas en habitáculos especiales con el preceptivo enganche. Tenemos una patente e, incluso, con ella estamos mandando a Alemania cajones suspendidos acoplados para llevar maletas. Te tienes que amoldar a los tiempos y fabricar lo que te piden los clientes ya que, si te quedas parado y no innovas, estás muerto», indica el empresario.

La planta productiva de Villaherreros está asentada sobre una parcela de 22.000 m2, con unas  nuevas y modernas instalaciones destinadas a las actividades de fabricación (2.100 m2), montaje (800 m2), almacén (700 m2), exposición y administración (400 m2). La factoría dispone de avanzados equipos y medios técnicos, entre los que destacan la línea de punzonado y corte de chapa, guillotina, plegadora de seis metros y curvadora de tubo -todas ellas de control numérico- junto a la línea de soldadura, la cabina de pintura, la sala de desengrasado, los puentes-grúa, el alimentador de material, el elevador y la instalación de máquinas neumáticas para el montaje de componentes.

«Una vez que se fabrican los remolques, se procede al galvanizado en caliente por inmersión, con el fin de evitar su corrosión al cabo de los años. Contamos con diferentes unidades móviles equipadas con grúa y plataforma -camión y furgoneta- con las cuales realizamos el transporte de los productos hasta las instalaciones de nuestros distribuidores. En la fábrica de Villaherreros hay, además, una exposición exterior de remolques preparados para su entrega inmediata. El equipo humano lo forman una quincena de empleados, entre los que se encuentran  expertos y cualificados profesionales que garantizan con su trabajo y dedicación la elevada calidad de todos los productos acabados y el servicio que ofrecemos», detalla Raúl Rodríguez.

DELEGACIÓN COMERCIAL. En cuanto a la delegación comercial ubicada en la capital, la nave tiene una extensión de 2.500 m2 construidos sobre una parcela de 3.100 y fue inaugurada el 24 de octubre de 2009. «Se trata de una gran inversión que la empresa realizó para poder dar mejor servicio a los clientes de la zona centro de España. Es, posiblemente, la exposición de remolques más grande que existe en España y en ella suele haber una media de 120 unidades de todo tipo acabadas para su entrega inmediata destinadas a carga, portaperros, basculantes, ganaderos, portacaballos, plataformas industriales, etc. También disponemos de una gran variedad de repuestos y accesorios para enviar rápidamente a nuestros clientes», añade el director general.

Remolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al añoRemolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al añoEn los 100 años de existencia de Remolques Rodríguez, la empresa se ha sustentado en el trabajo de cuatro generaciones que empezaron con Santiago, el abuelo dio paso a su hijo de igual nombre y su hermano José Luis, tomando el relevo los actuales propietarios Juan José, Eladio y Raúl Rodríguez. Detrás de ellos han llegado los más recientes, sus hijos jóvenes en la recámara -Diego, Beatriz, Raúl y Víctor-, que ya están trabajando en el negocio familiar.

El relevo generacional aparentemente ha sido más fácil en Remolques Rodríguez porque el núcleo familiar ha crecido y se ha formado profesionalmente unido desde el principio de sus días al devenir empresarial. «Mis hermanos y yo nacimos ya en el mundo del remolque y nuestros hijos, desde pequeños, han visto a sus padres trabajar en este campo, lo han mamado y también están implicados», precisa el empresario Raúl Rodríguez.

«Hay administraciones con exceso de celo y no se apoya lo suficiente a las empresas»

Ser empresario -en este caso tirar del carro dado que se trata de una empresa de remolques- trae en jaque a muchos negocios familiares. «Las trabas las sufrimos todos y el problema es toparse con la administración, que no te pone las cosas fáciles para crecer. Por ejemplo, tenemos un problema con el Ministerio de Industria que, en lugar de ayudarnos,  ha hecho dar de baja dos homologaciones de unos modelos de remolques que estábamos fabricando a nivel europeo. A algunos funcionarios o encargados de determinadas parcelas ministeriales no le gusta ese tipo de remolques y, sin ninguna explicación, nos han obligado a dar de baja las homologaciones». Así lo señala el director general de Remolques Rodríguez, a su vez vicepresidente segundo de la Cámara de Comercio, vocal de la ejecutiva de CEOE Empresas de Palencia, vicepresidente de la Federación de Empresas del Metal (Fepametal) y presidente de la Entidad de Conservación del Polígono de San Antolín.

«Se trata de un exceso de celo incomprensible y luego también están otro tipo de trámites en distintos entes públicos excesivamente lentos que aplazan inversiones aquí e impiden que lleguen otras de fuera», lamenta.

Remolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al añoRemolques Rodríguez: Un siglo de vida y 700 unidades al año - Foto: Sara MuniosgurenEl empresario subraya que, a diario, muchos negocios se enfrentan a una enorme burocracia y todo el mundo se queja de lo mismo, por lo que confía en que existan soluciones y se mejore un poco, al tiempo que tiende la mano a la administración para que escuche a los organismos empresariales. 

«Tiene que darse cuenta de que necesitamos ayuda. Si no es así, la gente joven se desanima a la hora de emprender. A los que somos más mayores ya no nos queda otra que tirar para delante y aguantar hasta que nos jubilemos, pero a ellos se les quita la ilusión. Así, acabará todo el mundo siendo funcionario o empleado de otra empresa. Los negocios familiares son la clave en el tejido productivo, y mucho más en Castilla y León y zonas rurales como la nuestra. Tengo clarísimo que, gracias a las empresas familiares, sigue habiendo industrias en esta tierra» arguye.

No obstante, Raúl Rodríguez,  con  un negocio centenario en el que su familia se ha dejado la piel,  ve factible que una nueva generación  lo saque  adelante. «Se puede generar empleo en zonas rurales y lo intentamos. Somos de Villaherreros y queremos seguir aquí porque nos gusta que se reconozca a l pueblo en todo el mundo por sus  remolques», explica.

«Se conocía a  mi abuelo y luego a mi padre y hermanos porque estuvieron trabajando en la fragua y yo lo he visto en fotos. Por lo que me han contado, era  duro el trabajo de serrar la madera y calentar el hierro en la fragua y el de curvar y acuñar los aros de las ruedas. No es como ahora que hacemos ocho horas y nos parecen muchas. Antiguamente se trabajaba a tope, incluidos sábados y domingos. Para nosotros supone un orgullo porque siempre hemos fabricado cosas relativas a la rueda, al carro, luego al remolque y ahora los carrillos más pequeños para todo tipo de utilidades», indica con orgullo

«Por eso nos han llamado siempre carreteros, tenemos clientes de toda la vida, de más de 40 años, gente ya jubilada y sus hijos nos siguen comprando. Haces amistad con los clientes y proveedores y es lo bonito que tiene un negocio», enfatiza.