Sus cuatro morros los hacen fácilmente identificables a la vista, pero a buen seguro los paladares más exigentes podrían reconocerlos a ciegas por su carnosidad y su extraordinario sabor, lo que los convierten en producto especialmente rico para asar y para ensaladas. Nos referimos al pimiento de Torquemada, uno de los imprescindibles de la huerta palentina al que el Ayuntamiento rinde tributo por estas fechas en la Feria del Pimiento, con 29 ediciones a sus espaldas.

Un mercado al aire libre por el que hoy se pasaron cientos de palentinos ávidos de hacerse con este apetitoso manjar que volaba de los tres expositores en los que se puso a la venta, uno por cada productor local que lo cultiva: Hortalizas Salus, Hermanos Acitores de Bustos y Pimientos Piedad.

La de este año está siendo una buena cosecha, con quince días de adelanto. «Llevo desde el 30 de agosto cortando y vendiendo, y en la huerta sigue habiendo», explicaban a los clientes desde el stand de Piedad. Palencia, Burgos, Cantabria o Asturias fueron algunos de los lugares de origen de los compradores, que peregrinaban por el pueblo cajas en mano ya desde las nueve de la mañana. «Abrimos muy pronto, porque la gente ya nos está esperando. Ha sido una estampida», destacaron los propietarios de Salus. 

Por su parte, desde Acitores señalaron que parte del producto «se ha quemado» en el campo por la sequía, aunque si el tiempo respeta «sigue habiendo mucho verde en el campo» y podremos seguir cortando «todo el mes de septiembre».

CATAS, BODEGAS, TALLERES...

Torquemada se vuelca cada año en la feria, que en esta edición anotó récord de participantes con 51 expositores en los que se vendían productos de agroalimentación y también espacios para la promoción a través de los stands del Ayuntamiento, ADRICerrato, la cofradía de Valdesalce y Torquemada Solidaria.

«La Feria del Pimiento es uno de los días más importantes del año», manifestó la teniente de alcalde, Begoña Sendino. Como muestra, la corporación municipal organizó un extenso programa complementario en el que tuvieron cabida talleres, una cata de maridaje, demostraciones culinarias, degustación popular y visitas tematizadas por el barrio de bodegas, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).