El viceconsejero de Economía y Competitividad, Carlos Martín Tobalina, aprovechó ayer su presencia en una jornada organizada por el clúster de Automoción y Movilidad de Castilla y León (FaCyL) para reclamar a la Unión Europea subvenciones a las capacidades industriales de las fábricas de automóviles ya instaladas, más allá de las ayudas que reciben las empresas para desarrollar el I+D (investigación y desarrollo). No en vano, subrayó que Europa debe saber que "quiere de ser mayor" en un sector tan importante para la economía y el empleo como es la automoción. 

Por lo tanto, consideró que Europa debe ser "capaz" de revisar y plantear ayudas directas a la inversión para los fabricantes en las nuevas capacidades para mantener la capacidad industrial y, sobre todo, el empleo. Y es que el viceconsejero recordó que el empleo industrial vinculado a la automoción en Europa es el más importante y mucho más en Castilla y León

Martín Tobalina aseguró que hay otros continentes y mercados que tienen criterios "mucho más" firmes que en Europa, hasta que el punto que no dudó en hablar de que ya le han adelantado y ha perdido el liderazgo que tenía en el sector del automóvil. No en vano, precisó que Europa compite con países que están sujetos a otro tipo de criterios como Estados Unidos, que financia y subvenciona la instalación de nuevas capacidades industriales, y China, que juega con otras "reglas" y costes. 

Es por ello que el viceconsejero de Economía y Competitividad apostó por adoptar medidas para que la automoción sea "mucho más" competitiva por que hay mucha rivalidad en el mercado, en un momento en que las factorías europeas tienen que adoptar su tecnología pero sin que afecte a su capacidad industrial, según informa Ical.

Martín Tobalina apuntó que el reglamento Euro 7 es un marco al que hay que adaptarse y es aconsejable. "Otra cosa es que el problema venía por lo estricto de esa normativa y cómo podía afectar, a corto plazo, a las capacidades industriales que ya están instaladas por que las factorías se veían obligadas a hacer importantes inversiones en muy poco tiempo. Al final, se ha logrado suavizar ese marco para vincular mercado con necesidades", aseveró.

En este sentido, valoró que la Unión Europea lidere un proceso de transición hacia otras nuevas tecnologías pero contemplando lo que hay alrededor y "no tirando piedras contra nuestro propio tejado". Es por ello que felicitó al Gobierno de España por el trabajo realizado para impulsar la "dulcificación" de la Euro 7 y lograr que las empresas del sector de la automoción, entre ellas de Castilla y León, no se vieran abocadas a este imposición normativa y la obligación de inversiones, tan a corto plazo, que podrían poner en peligro parte de sus capacidades.

Añadió que en 2026 se abre una ventana para "reconsiderar" el proceso de adaptación a las nuevas tecnologías, con el objetivo de que convivan los motores de combustión con los eléctricos. De esta manera, será una oportunidad para que las capacidades productivas que ya existen sigan perviviendo, siempre y cuando cumplan con los criterios de emisiones.

Recuperación en 2023

El viceconsejero subrayó que el sector de la automoción supone la cuarta parte del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León, casi dos veces y medio más que a nivel nacional, que ronda el diez por ciento. Por lo tanto, es el sector de referencia, a nivel de generación de actividad, peso de las exportaciones y empleo. Algo que se ha recuperado en 2023 al manifestar que el "buen comportamiento" de las factorías que operan en la Comunidad, tanto de fabricación de vehículos como las más de 150 empresas de proveedores, lo que supone un ecosistema "fundamental" para la economía regional.

Destacó la buena salud que gozan las plantas, tanto de Renault en Valladolid y Palencia como Horse, que han incrementado su producción, pero también la de Nissan de Ávila, como proveedora del sector, sobre todo el Grupo Renault. Tampoco se olvidó de la fábrica de Iveco en Valladolid, al ser un referente mundial en el grupo, con cifras de fabricación por encima de "lo esperado" y con "buenas" perspectivas de futuro.

En el mismo sentido, se pronunció el presidente de FaCyL, Félix Cano, quien se felicitó por que España ha recuperado más del 80 por ciento de las cifras prepandemia, tras cerrar el año pasado con la fabricación de 2,5 millones de vehículos, de los que el 90 por ciento se ha exportado. Señaló que algunas fábricas han caído en su producción, algo que no ha ocurrido en las plantas de Castilla y León. Citó Renault Palencia, que ha subido un 30 por ciento; las fábricas del grupo francés en Valladolid, entre el cinco y el diez por ciento, e Iveco, "significativamente" con la producción de 70 furgonetas Daily en cada uno de los turnos y aportar el diez por ciento del camión que ensambla la marca en Madrid.

Incertidumbre

Frente a eso, lamentó que las ventas de vehículos en España no se hayan comportado igual de bien, al quedarse en 950.000 vehículos en 2023, después de haber alcanzado algún año antes de la pandemia la cifra de 1,5 millones. Datos que relacionó por las circunstancias "malas" en el mundo, con dos guerras, los efectos de la pandemia y la inflación. "Los bolsillos se resienten y la incertidumbre tampoco ayuda", sentenció.

No en vano, Cano consideró que la manera de mejorar las cifras pasa por contar con planes adecuados y más ágiles, que incentiven la compra de vehículos, tras calificar de "fracaso" el Moves. A su juicio, no se han utilizado bien los fondos reservados, además de criticar que España está a la "cola" en la instalación de puntos de recargas de vehículos eléctricos. "Al final, la gente se retrae y prefiere esperar a ver por dónde van los tiros", añadió. Es por ello que se mostró esperanzado en que el nuevo Gobierno acabe con esta incertidumbre, que beneficie a un sector que necesita mantener y atraer talento. "Tenemos que recuperar las posiciones antiguas que tenía el sector en España. De momento, tras los datos de 2023, ya hemos superado a Brasil y hemos a ser el octavo productor mundial de automóviles", expresó.

Cano también abogó por mejorar la formación de los trabajadores del sector en nuevas tecnologías y hacer esfuerzos en la ciberseguridad por que hay "muchos" ataques a sus empresas, que tienen "muchos secretos" que guardar.