Es posible combinar la producción agrícola con la generación de energía. Esa es la apuesta que hace la agrovoltaica, una técnica que prioriza el cultivo sobre la generación eléctrica, a diferencia de los parques fotovoltaicos convencionales, permitiendo un rendimiento agrario mínimo del 90% en las fincas donde se implementa. 

«Para nosotros, la agrovoltaica es un proyecto donde se utilizan placas solares, pero la prioridad sigue estando en el cultivo. No queremos que la parte eléctrica supere la producción agrícola», afirma Imanol Olaskoaga, CEO de la empresa Powerfultree.

En España, el desarrollo de esta tecnología es incipiente. En otros países como Francia, donde la tecnología está más avanzada, se han implementado proyectos a gran escala con éxito. «En Francia han validado sus modelos durante años. Han desarrollado proyectos a gran escala con robótica y han avanzado significativamente en la integración de la tecnología con la agricultura», destaca el CEO de Powerfultree.

Ahora esta empresa acaba de realizar una instalación piloto de 300 metros cuadrados en el colegio San Gabriel de Aranda de Duero, en Burgos. Se trata de una estructura elevada cuatro metros sobre el viñedo, equipada con paneles solares móviles que se ajustan para regular la cantidad de luz que llega a las vides, de tal forma que se realiza un sombreado inteligente.  

Con este sistema se quiere, como primer objetivo, retrasar la maduración de las uvas. «Cuando lleguemos a la cosecha queremos conseguir un racimo con las características de calidad que los enólogos nos han marcado, con una determinada tasa de azúcar, antocianos y acidez», explica Olaskoaga. Pero también se van a ensayar otros posibles beneficios como la protección frente a heladas o incluso el granizo, además de estudiar la reducción de agua e insumos. La zona de sombra inteligente se comparará con otra zona sin sombra a partir de sensores en las dos áreas. 

A nivel energético, el autoconsumo es la principal opción en España debido a la saturación de los nudos de vertido a red. La energía la debe aprovechar la propia bodega o alguna instalación cercana con la utilización de un cable en red interior. 

viabilidad. En cuanto a la viabilidad económica, el tiempo de amortización de estas instalaciones puede variar en función del precio de la energía y de las ayudas disponibles, pero se estima en alrededor de 20 años. El tiempo de amortización de las instalaciones puede ser largo, reconoce Olaskoaga, «pero con la experiencia de los precios de la energía de los últimos años y las ayudas disponibles, es una inversión viable a largo plazo».

Otras posibilidades de ingresos podrían surgir a través de certificaciones de sostenibilidad, como la creación de un mercado de bonos de carbono para campos agrícolas, aunque esta área aún está en desarrollo. «Esperamos que se desarrollen certificaciones de sumidero de carbono para campos agrícolas y se establezca un mercado de bonos de carbono. Esto podría generar ingresos adicionales para los agricultores», comenta.

El responsable de Powerfultree también destaca la importancia de avanzar en la regulación y definición de la agrovoltaica para evitar prácticas que no prioricen el cultivo. «Es fundamental establecer regulaciones claras para distinguir la agrovoltaica de otros proyectos. Debemos priorizar el cultivo y la producción de alimentos en estos proyectos», insiste. 

Es lo que ha ocurrido en Cataluña, la única comunidad de España que lo ha regulado al definir los suelos de uso agrícola según su categoría. Así, en los suelos 1 y 2, de alto rendimiento agrícola, está prohibida la fotovoltaica. En el caso de Castilla y León, precisa, se han dado los primeros pasos de forma favorable ya que se ha prohibido realizar parques fotovoltaicos convencionales en tierras de viñedos o con cultivos permanentes como árboles frutales.