Dos décadas de Buxacas en Revenga de Campos

Diario Palentino
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La peña recuerda su trayectoria desde que comenzara su historia en 2004, cuando un grupo de amigos se juntó para celebrar las fiestas

Dos décadas de Buxacas en Revenga de Campos

Corría el año 2004 cuando un pequeño grupo de amigos de diferentes edades de Revenga de Campos, unos veraneantes y otros hijos del pueblo, decidió unirse y crear la peña Buxacas para celebrar de una manera diferente las fiesta de San Lorenzo de la localidad.

Los inicios fueron ilusionantes y aquella emoción todavía continúa. Este grupo de chavales, todos ellos menores de 18 años por aquel entonces, eligieron el color naranja y negro como identificativo en sus petos y camisetas. En esos tiempos el Ayuntamiento les cedió un pequeño local (la casa de los Gallegos), donde se reunían antes y después de la verbena, los pasacalles y hacían tiempo hasta las famosas sopas de ajo de El Fardel.

Después pasaron por la cochera de la Capilla, donde tenían un pequeño espacio para reunirse y poder tener alguna nevera donde enfriar las bebidas. Hasta entonces todo era diversión sin preocupación, pues las fiestas solo se viven una vez al año y cuando uno es joven las preocupaciones no existen.

Así llegaron hasta el año 2009, momento en el que decidieron juntarse con la peña El Desfase en el Pósito, un local de propiedad municipal. «El primer año fue para probar, que se entendieran las dos peñas y que todo funcionara correctamente. Una vez pasada la prueba de fuego, nos fusionamos en una única formación, Buxacas, donde nos decantamos hacía el color amarillo y negro y duplicamos el número de peñistas», señalan desde la peña.

«En un pueblo es muy importante tener un local donde poderse juntar, pues es lo que hace la unión, la amistad y ese grupo conocido como peña», añade. 

Para poder disfrutar también hay que saber organizar y la peña Buxacas lleva quince años organizando, entre otras cosas, el torneo de futbito,  discomóvil, charanga y la limonada. Todo ello conlleva una «gran labor» que sus integrantes desempeñan «con mucho gusto».

Los miembros de la peña no siempre fueron los mismos, se hacen mayores y adquieren responsabilidades laborales y personales y no todos los años pueden acudir al pueblo por San Lorenzo. Y  es que, como suele ocurrir en estos caoss, los revenguinos siempre disfrutan de la fiesta, «pero también son los que más pringan», apuntan.

Una de sus señas identificativas es su carro fabricado en su totalidad por el peñista Álvaro, que les acompaña tanto con la música como con la bebida, que ofrecen a los revenguinos y visitantes en fiestas. En los últimos años este carro se ha llenado de niños, hijos de los peñistas ataviados con la ropa de peña para orgullo de sus padres. 

Con una salud de hierro, esperan hacer otros 20 años en este «magnífico pueblo» y «seguir colaborando como hasta ahora», con el recuerdo siempre presente de los choricillos de Pili, el tambor desde bien temprano o los cánticos a la puerta del bar de Angelines, «donde los desayunos se juntaban con el vermú». 

Por este motivo, abren las puertas a que algún grupo de valientes y trabajadores quieran coger el relevo para seguir dando servicio a la gente que se acerca en fiestas. Y que la Peña Buxacas siga dando buenos momentos al pueblo de Revenga.

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