Castilla y León ha recibido 3.900 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia desde su puesta en marcha en 2021. Una cuantía que para el delegado de Gobierno, Nicanor Sen, han contribuido a «sacar del furgón de cola a uno de los territorios más amenazados por la despoblación, tras décadas de desgobierno y abandono por parte de la Junta». Sen presentó ayer el balance relativo al 2023 de las inversiones del Gobierno central en la Comunidad con cargo al Plan de Recuperación, que destacó que del grueso de los 3.900 millones, 415 corresponde al Fondo de Ayuda a la Recuperación para la Cohesión, mientras que otros 3.574 se han remitido mediante la ejecución directa de la Administración del Estado, con una inversión de 1.919 millones en un total de 27.300 proyectos en Castilla y León, o vía acuerdos alcanzados en las conferencias sectoriales, con más de 1.654 millones de euros transferidos a la Junta.
«Empleo, derechos y convivencia». Estos son, según Sen, los tres términos que «definen» la acción del Gobierno de Pedro Sánchez. El delegado aprovechó para repasar los principales datos de beneficiarios en la Comunidad a pesar de la «crispación de la derecha». Mencionó así los 623.000 pensionistas que cobran 321 euros más que en 2018; el incrementó de una 193% en la contratación indefinida; los 89,2 millones para a 40.115 becarios de la Comunidad; las 95.260 personas que perciben el Ingreso Mínimo Vital o los 110.258 beneficiarios del bono social eléctrico.
También quiso recordar las medidas sobre movilidad, ya que remarcó el Gobierno ha sido capaz de volver a llenar el transporte público con descuentos y abonos gratuitos, que llegan a 75.309 castellanos y leoneses.