«Ya era hora de que el flamenco tenga el sitio que merece»

Fernando Pastor
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La saga flamenca de raigambre se inició ya en el siglo XIX con el tatarabuelo de Vicente, Francisco Valencia Soto, Paco la Luz, nacido el 12 de diciembre de 1839.Fue cantaor no profesional pero del que aún se recuerdan y se cantan sus seguiriyas

Vicente Soto 'Sordera' - Foto: Alberto García Rodríguez

Continuador de una saga flamenca de raigambre, Vicente Soto Sordera protagonizará mañana, a las 20,30 horas, la segunda de las actuaciones programadas en las V Noches Flamencas del Teatro Principal, enmarcadas en la Gira Flamenca del Norte.

El apellido Soto, o el sobrenombre Sordera, hace referencia a una saga de artistas impresionantes dentro del flamenco, que se remonta al siglo XIX
La nuestra es una saga que se inicia con el mítico Paco la Luz, y el último eslabón por ahora es mi hija Lela Soto Sordera, y aquí seguimos también mi hermano Enrique Sorderita y yo mismo. Somos una familia amplia, dedicada al cante, en la que el eslabón grande, el tronco desde el que se nos empieza a conocer profesionalmente, empieza con mi padre, Manuel Soto Sordera.  

¿Qué características definen a esta saga de cantaores tan importante?
Somos cantaores de etnia gitana, y se nos conoce por cantes como las seguiriyas, los cantes rítmicos, cantes por soleá. En definitiva, los cantes más tristes.

Gitanos y además de Jerez, del barrio de Santiago. Eso es mucho decir dentro del flamenco
Si el cante tiene cuatro pilares, a Jerez hay que otorgarle como mínimo dos, por la herencia y la historia que tenemos. Hablamos de don Antonio Chacón, Manuel Torre, Paco La Luz, Francisco La Perla y Mercedes la Serneta. Jerez ha dejado en la historia del cante un legado muy grande.

Usted en sus inicios estudiaba guitarra, sin embargo se decantó por el cante
El cante nació conmigo, pero la guitarra también me gustaba mucho, desde muy joven. Hice mis pinitos con la guitarra, y de hecho, siempre la he utilizado en mis trabajos discográficos. La guitarra ha sido siempre como una hermana conmigo. Pero el cante lo he practicado desde niño; desde los siete u ocho años he cantado siempre como una cosa natural que existía en nuestra casa y, en general, en las casas de los gitanos.

Explota su potencial artístico y comienza a recorrer el mundo cantando para el baile de Antonio Gades, Manuela Vargas, etc.
Antes de ser oficial hay que ser soldado. Todos los artistas tenemos que hacer una labor de rodaje, y para ello hay que cantar para atrás, para el baile, y yo tuve la suerte de cantar para importantes figuras del baile. Después se nota muchísimo quien ha hecho ese rodaje y quien no.

¿Cómo ve el presente y el futuro del flamenco?
Yo creo que el flamenco está en un buen momento, en un momento muy importante. Está en todos los lugares y reconocidísimo internacionalmente, como una de las músicas más importantes del mundo. Ello gracias al trabajo realizado por compañeros como Paco de Lucía y otros que han hecho una labor muy importante para que el flamenco saliera y cruzara la frontera y tenga el reconocimiento que hoy tiene.

Las nuevas generaciones disponen de mucha información que antes no teníamos, con las redes sociales y las nuevas tecnologías. Ya era hora de que un patrimonio tan grande como el flamenco tenga el sitio que merece y que antes no tenía.

¿Ha actuado alguna vez aquí?
No recuerdo haber actuado aquí nunca, al menos cantando recientemente. Me suena que sí he estado en alguna actuación con Manuela Vargas, pero no lo recuerdo bien.

En noviembre recibió el Premio Nacional de Cante Flamenco
Sí, es un premio que otorga la Cátedra de Flamencología de Jerez. Tengo bastantes: Premio Nacional de Córdoba, Premio de Mairena del Alcor... son una recompensa al trabajo de tantos años.

¿Qué le motivó a hacer las coplas en desagravio de las mujeres?
Es mi último trabajo. Es un homenaje a las mujeres porque, incluso en el cante, y en general, no han tenido el reconocimiento que debieran tener.