Escupido, insultado, zarandeado. El ciclista francés Eric Caritoux, ganador de la Vuelta a España de 1984 por seis segundos sobre Alberto Fernández, era el enemigo público. El galo lo recuerda con humor, y justifica incluso aquella situación. «Llegué a ser durante aquella Vuelta la persona más odiada en España (sonríe) pero era normal.Había ganado al ídolo del país», recuerda. Sin embargo, no tiene rencor alguno hacia la afición española. «Eso sucedió aquel año, pero luego volví en 1985 y 1986 y no pasó absolutamente nada. La afición era muy apasionada y apoyaba a su ciclista».
Alberto Fernández aplacó los ánimos de los aficionados españoles en el pódium en el Paseo de la Castellana, levantando los brazos de Caritoux. «Con Alberto nunca tuve ningún problema, al contrario. EnMadrid tuvo un bonito gesto de deportividad que siempre le agradeceré».
Prueba de ello es que aceptó esta invitación al homenaje del que fuera su rival, conduciendo su vehículo desde su domicilio en tierras francesas junto a su mujer y un periodista francés. Mil kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. «Estoy muy feliz de estar en el pueblo de Alberto, de conocer a su familia.Me han recibido muy bien, sin rencor», bromea.
Sí reconoce un pequeño problemilla con Alberto Fernández, pero no en la ronda española. «En aquella Vuelta a España no hubo nada entre los dos, salvo que ambos buscábamos el triunfo. Tuvo más Hinault el año anterior en la Vuelta que ganó. Con Alberto, todo bien. Sí hubo una picadilla en la Vuelta al País Vasco, porque yo corría en el equipo de Sean Kelly y en la montaña Alberto Fernández no paraba de atacar y yo tenía que defender a mi jefe de filas y saltaba a por él y no le gustaba, pero lo entendía», recuerda.
Caritoux no contaba en los pronósticos como ganador de la Vuelta a España, pero fraguó su triunfo en la etapa que ganó enRasos de Peguera. «Me atacaron mucho Eduardo Chozas y Alberto, pero a falta de dos kilómetros para meta se desfondó, perdió un tiempo y yo gané la etapa. Puede ser que fuese decisiva esta etapa».
Caritoux nunca se sintió ganador de la ronda española. «No me lo creí hasta que crucé la meta en Madrid. Hasta en la última etapa no paraba de atacarme, aunque ese día me bastaba con seguir su rueda», recuerda. En Torrejón, un día antes, la ronda se decidía en una crono. Alberto le rebajó 32 segundos, seis menos de los que precisaba. «Llovió ese día. ¿A Alberto no le iba bien la lluvia? A mí tampoco y una caída podía haber sido fatal. Yo no sabía cómo iba de tiempo, no teníamos ninguna referencia. No me enteré que mantenía el maillot amarillo hasta que crucé la línea de meta».
Siete meses después, Alberto Fernández perdía la vida en un accidente de circulación. «Estaba corriendo una carrera de ciclo-cross. Me lo dijo un periodista.No me lo podía creer».