Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


No es un cuento de Navidad

24/12/2023

Vísperas de la Navidad pasada. Había pedido en la residencia donde estaba mi marido poder pasar la Nochebuena o bien el día después. Pero por lo que fuere, no hubo ni un día ni otro. No podía saber qué estaría pasando por su cabeza al verse solo en días tan señalados. Mientras que por la mía, aparecían pensamientos imposibles de aceptar. Un sentimiento desconocido me invadía. Dudas negativas más que positivas se agolpaban en ella suplicando solución; la situación era la que era. Después, pensaba, que son muchas las personas mayores que no conocemos y viven en soledad todos los días del año. Las noches y los días se juntan muy deprisa. Era, 25/12/2022, once de la noche. Me acerco  a la ventana. Paso tiempo mirando sin ver nada repasando cómo ha sido mi día: por la mañana, he ido a ver a mi marido. A la hora de la comida he regresado a casa. He estado tan sola como él. Continúa lloviznando. A media tarde comienzo a prepararme para volver. Me pongo el chubasquero. Me aseguro de haber apagado todas las luces. Salgo de casa. En mi recorrido en la acera de plaza de España sentada junto a su pequeño hatillo está la misma mujer que veo todos los días y, a veces, deposito unas monedas en su cestillo. Creo que está tan sola como yo. De inmediato recapacito, pues su suerte es peor que la mía. Yo he salido de una casa y ella vive en la calle. Llego a su altura. Busco en el monedero. No tengo más que monedas que vuelco en el pequeño cestillo mojado que está sobre la acera. Me siento mal. El ambiente está cargado  no solo de lluvia, también de tristeza y acercamiento al que todos los días lo pasa peor que tú. Hago gesto de lo siento. La mujer me mira y me dedica la sonrisa más bonita que jamás he recibido. Extiende su fría mano y la estrecho. Ella aprieta la mía con fuerza. Quiero decirle  gracias cuando un nudo agarrota mi garganta. He pensado mucho en aquella persona que quería volver a ver sin conseguirlo. Ojalá que los Servicios Sociales la hayan ayudado. Hoy, sigo deseando que su vida haya dado un vuelco a mejor. Tanto, como deseo sea el 2024 para muchos solitarios y nosotros, si Dios quiere, volver a estar juntos.