Castilla y León registró en el primer semestre de 2023 la quinta tasa más baja de emancipación juvenil de España, con el 14,7 por ciento, que supone 1,6 puntos menos que la media nacional. Además, la población de entre 16 y 29 años de la Comunidad que vive emancipada subió con respecto a finales de 2022, cuando la tasa se situó en el 15,3 por ciento y es dos décimas menos de lo registrado hace un año, según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE). Solo Cantabria (once por ciento), Andalucía (12,9), Castilla-La Mancha (13,3) y La Rioja (14,7 por ciento) presentaron peores datos y lejos de las tasas de Cataluña (20,9 por ciento), Canarias (19,1), Murcia (18,2) y Madrid (17 por ciento).
El estudio, presentado hoy en Madrid y consultado por la Agencia Ical, destaca que el saldo migratorio interautonómico fue de -4,4 por ciento ya que el número de personas jóvenes que salieron de Castilla y León era superior al de que llegaban. Por otro lado, la tasa de temporalidad era más alta entre la población joven de la Comunidad que en el conjunto del país, ya que casi cuatro de cada diez personas jóvenes castellanas y leonesas que trabajaban lo hacían con un contrato temporal, a pesar de la reducción de este tipo de contratos que conllevó la reforma laboral y de que la temporalidad bajó 12,5 puntos con respecto al año anterior. Con todo, CJE subraya que Castilla y León es una de las comunidades en las que era más rentable vivir en solitario alquilando una vivienda, aunque la renta mensual fuera de más de la mitad del salario mediano de una persona joven castellana y leonesa.
El informe asegura que España tiene una de las edades medias de emancipación más altas de Europa, con 30,3 años. Algo que está relacionado con el problema estructural de la vivienda, con unos precios elevados para los jóvenes. No en vano, una persona joven tiene que destinar el 93,9 por ciento de su salario para alquilar una vivienda.
A nivel nacional, la tasa de emancipación juvenil en España subió hasta el 16,3 por ciento por primera vez desde 2020, que es la más alta desde mediados de 2020, cuando empezó a bajar debido a la crisis causada por la COVID-19. En todo caso, aún sigue muy lejos de la media de la Unión Europa, que se sitúa en el 31,9 por ciento. El Consejo de la Juventud cargó contra el inmovilismo político en materia de vivienda durante los últimos años, que ha generado que haya sido "percibida como un bien de mercado y no como lo que realmente es, un derecho". Un inmovilismo que, a su juicio, tiene como consecuencia no solo que las personas jóvenes (de 16 a 29 años) no se emancipen, sino que además para las personas de 30 a 40 años exista una maldición de ser "eternamente" jóvenes y se vean obligadas a no poder emanciparse, a tener que volver a casa de sus padres, o a que su única alternativa sea la de compartir piso.
El Consejo de la Juventud valoró que en el primer semestre de 2023 el paro joven bajara a niveles de 2008, se redujera la parcialidad no deseada y aumentara el número de personas jóvenes 'sisis', es decir, que estudiaban y trabajaban a la vez. Además, muchas de estas mejoras afectaron principalmente a las mujeres jóvenes. Pero no todo es positivo ya que apuntó que los precios de la vivienda y los suministros eran "mucho mayores" que los del primer semestre de 2022. Así, si el alquiler mediano de una vivienda en alquiler en España era a mediados de 2022 de 864 euros al mes, en junio de 2023 había subido un 9,3 por ciento, hasta 944 euros al mes. También se encarecieron las habitaciones en pisos compartidos, de 350 euros a 375, y el precio medio de la vivienda libre, un tres por ciento. Los precios de los suministros, por su parte, se dispararon un 70 por ciento, en parte debido a la guerra en Ucrania.
El informe atestigua que el salario mediano joven en el país se incrementó un cinco por ciento hasta los 12.062 euros. A pesar de este incremento, la fuerte subida de los precios provocó que el poder adquisitivo de una persona joven trabajadores cayera un 3,3 por ciento y los ingresos de un hogar joven se redujera un 6,6 por ciento.
Por su parte, casi nueve de cada diez personas que no trabajaban ni buscaban trabajo no lo hacían porque estaban estudiando. La tasa de 'ninis' era de únicamente el 1,9 por ciento de la población inactiva, frente al 34 por ciento de quienes trabajaban y estudiaban. También hay diferencias en cuanto al género ya que la tasa de emancipación de los jóvenes españoles es mucho mayor entre las mujeres que en los hombres, 19,4 por ciento frente al 13,3 por ciento.
Problemas estructurales
El CJE numeró que la parcialidad involuntaria, la sobrecualificación, los bajos salarios y la falta de aprobación del Estatuto del Becario son algunos de los problemas que sigue enfrentando la juventud todavía en el mercado de trabajo y que siguen creando un panorama incierto de cara a poder planificar y desarrollar su vida personal y profesional. Situación que provoca que la población joven no tenga perspectivas de vida y que, por consiguiente, tenga problemas de emancipación y de natalidad, además de tener el suicidio como primera causa de muerte. "La política debe recuperar de lleno el interés en la población joven, debe trabajar los problemas de manera estructural y poner a las personas jóvenes en el centro de la toma de decisiones", aseveró.