En plena explosión del cóctel vírico de gripe, SARS-CoV-2 y el virus respiratorio sincitial, se cumplen cuatro años de la pandemia que azotó al mundo en 2020 y que ha segado ya la vida de más de 11.500 personas en Castilla y León. Las primeras noticias sobre un agrupamiento de casos de neumonía en la ciudad china de Wuhan llegaron a finales de 2019, y pasado el día de Reyes, tal día como hoy, 7 de enero, las autoridades chinas lo habían identificado como un nuevo virus al que se denominó SARS-CoV-2. La pandemia estaba servida y el virus comenzó a correr como la pólvora.
El 10 de enero, la OMS publicó una serie de orientaciones para detectar y gestionar posibles casos. Todo parecía un brote local controlado, hasta que comenzaron a saltar nuevos casos en otros países. El 30 de enero se confirmaron 7.818 casos en todo el mundo, la mayoría de ellos en China y 82 en otros 18 países. La OMS evaluó el riesgo en el país asiático como muy alto y el mundial como alto: la amenaza iba en serio, aunque pocos aventuraron que se convertiría en una pandemia mundial de tal calibre.
En estos cuatro años, con más de 880.000 contagiados en la Comunidad, solo los hospitales de Sacyl suman ya 9.210 muertos, según los últimos datos oficiales de la Consejería de Sanidad analizados por Ical, a los que se unen 2.335 mayores que fallecieron en las residencias, hasta el 30 de junio de 2023, día en el que dejaron de publicarse estas cifras. De ellos, 1.307 murieron con covid-19 confirmado y otros 1.028 con síntomas compatibles.
A estas víctimas habría que sumar todos aquellos que murieron en sus casas y que quedaron fuera de las estadísticas oficiales de mortalidad, y en los que la patología covid pudo que tener algo que ver. No en vano, la cifra de personas fallecidas tras diagnóstico de coronavirus, confirmados y compatibles con la enfermedad, desde el 1 de marzo de 2020 se eleva a 19.706 en CyL.
Los números actuales comparados con los de hace cuatro años parecen hasta anecdóticos, aunque no son para nada baladís. Sólo en 2023, fallecieron en los hospitales de Sacyl 528 personas, una octava parte de las 4.175 de 2020, y muy lejos también de los 2.160 muertos de 2021 y los 2.246 de 2022. Aún es un dato importante, en un contexto de fatiga pandémica que continúa y que se refleja, por ejemplo, en los datos de vacunación frente a la covid, pero también frente a otros virus como el de la gripe, donde las coberturas entre la población de riesgo son bajas, según informa Ical.
En estos cuatro años, las provincias más azotadas por el Covid-19 han sido las de mayor población. Valladolid acumula en sus tres hospitales (Universitario Río Hortega, Clínico Universitario y el de Medina del Campo) 1.773 muertos, 117 en el último año. En 2020 la cifra se cerró con 818 fallecidos, que bajaron a los 519 en 2021 y a los 319 en 2022. Los centros asistenciales de la provincia de León son los segundos donde más mella ha hecho el coronavirus, con 1.771 muertos desde el inicio de la pandemia, 48 el último año, muy lejos de los 858 registrados hace cuatro años y de los 407 y 458 de los dos años siguientes.
En tercer lugar se sitúa Salamanca, con 1.309 muertes, 66 el año pasado. En el primer año llegó a acumular 634 fallecidos, que fueron bajando hasta los 287 y 322 en 2021 y 2022, en cada caso.
En Burgos los datos oficiales de sus tres hospitales arrojan 1.235 fallecidos, 95 de ellos en 2023. También, muy por debajo de los tres ejercicios anteriores, con 569, 258 y 313 en cada caso.
Por debajo del millar se sitúan el resto de provincias. Zamora acumula 780 muertes, con un goteo de 335, 138, 237 y 70 en los cuatro años analizados. Por su parte, Palencia registra 771, a razón de 269, 247, 221 y 34; Ávila alcanza los 665, con 249 finados, 157, 213 y 46; Segovia cierra el dato con 503, repartidos entres los 262 de 2020 y los 125, 84 y 34 de los siguientes ejercicios, y Soria, con 403, a razón de 181, 122, 81 y 19.