Desde antes de las 9 de la mañana, con menos niebla en ese momento que a las 14,30 horas en la comida popular, un total de 33 participantes locales de Villamuriel, la capital y pueblos como Villoldo, Ledigos, Paredes de Nava y San Cebrián de Campos -junto a una a amplia representación de Cantabria- se pusieron ayer manos a la obra en la elaboración de sus guisos. La comanda dio de sobra para repartir más de 300 raciones al módico precio de tres euros. La II edición del Concurso de Ollas Ferroviarias de Villamuriel, en la urbanización Los Olmillos, fue por segundo año todo un éxito, sin que el frío resultase un hándicap. 

Un público ávido de fiesta y muy animoso, que se arrancó con algunos bailes al ritmo del grupo Cuatro Cantones, se sumó a los vecinos para -entre cervecita, vinito y vermú- esperar, oler y mirar cómo los cocineros preparaban patatas con costillas y distinta verdura añadida, todo ello a fuego lento durante cinco horas con carbón vegetal como combustible.

más participación. «Hemos subido la participación del pasado año y, al menos, otras diez personas y grupos que venían del norte han decidido no acudir finalmente por culpa de la niebla. También contamos con el gran ambiente que crea la concentración motera solidaria Olmigüinos. Viene mucha gente y cada participante trae un juguete. Con los donados, la parroquia de Villamuriel y Cáritas los hacen llegar a las familias necesitadas y, además, se entrega un premio a la moto mejor decorada. En suma, se trata de organizar bien una fiesta de Los Olmillos, de Villamuriel, de la capital y de la provincia en general», señaló Juan Carlos Maiquez, miembro de la Asociación de Vecinos Olmillos Unidos. 

300 raciones con buena mano y sabor tradicionalLos tickets para las raciones se venden en dos tandas y, como el año pasado, la primera se agotó y luego se sacó una segunda a la venta para que nadie se quedara sin degustar un plato de costillas con carne en un día invernal idóneo para este contundente guiso, que dejó buen sabor de boca.

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