Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Las tesis de Milgram

06/02/2024

Todos nos preguntamos, escuchando a Milei, por qué Argentina ha aguantado el peronismo tanto, sabiendo que la nación se autodestruía. O cómo a Hitler le obedeció en la muerte de los judíos un ejército consciente del daño humano que producía. O cómo se ha podido encauzar, como novedosas, las teorías Woke de tipos de sexos, etc… como progresistas, cuando llevan más de cincuenta años pregonadas en Estados Unidos y hoy no es que estén superadas, sino casi desechadas. O por qué España está así. Es la teoría del conformismo. Tras la guerra Stanley Milgram, en 1963, experto en psicología social, en los juicios de Nuremberg estudió cómo y por qué se está dispuesto a obedecer a las autoridades, a pesar de que sus acciones puedan causar daño a otros. Es la llamada obediencia debida sin control y el abuso de autoridad del superior. ¿Hasta qué punto la influencia de una orden cumple un papel determinantemente conformista? Eichmann, ideólogo del III Reich, preguntado por la motivación de los crímenes nazis contra la humanidad, siempre respondió lo mismo: «Yo solo cumplía órdenes. No perseguí a judíos con avidez ni placer. Fue el Gobierno quien lo hizo». Milgram se preguntó cómo individuos aparentemente normales pudieron ser tan cruelmente inhumanos bajo la justificación de seguir órdenes. Y diseñó un experimento para explorar los límites de la obediencia y sus implicaciones en la ética y la sociedad,  basado en la idea de que era la situación social la responsable del comportamiento. Al jefe se le instruía con descargas eléctricas o castigos para el incumplidor. Pero estos castigos seguían aplicándose aún en el caso de que el jefe hubiera desparecido. Se nos enseña a obedecer y no nos replanteamos la situación, como cuestión mecánica. Esa es la razón de aguantar tanto de tantos… En aras de un auténtico progresismo, debemos replantearnos los peligros de la obediencia, de cómo nos hacemos 'seguidistas', y si estamos dispuestos a banalizar el mal, cómo expresaba Hanna Arendt. Caemos en regímenes que, desechando el seguidismo, nos acaban arrojando en sus brazos, para fenecer como sociedad en él.