Son muchas las pinacotecas repartidas por el ancho y largo del planeta las que pugnan por albergar una obra de Dalí entre sus paredes. Sin embargo, solo aquellas que ostentan ese privilegio saben que tienen un tesoro entre manos que levanta la admiración de todos los visitantes.
Empezando por Estados Unidos, cruzando el charco, se pudo encontrar recientemente en la feria de arte TEFAF de Nueva York un dibujo del conocido pintor, concretamente el Estudio para la transformación de la Virgen María de Sandro Boticelli, traído por la galería española Mayoral.
Sin salirse de la megaurbe por excelencia, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) se puede disfrutar de una de las imágenes más emblemáticas de Dalí: los relojes blandos que protagonizan su famoso lienzo La persistencia de la memoria. Al presenciar la obra, uno se sumerge en su etapa surrealista, donde se plantea a la perfección el estilo que ha hecho famoso al artista gerundense: escenas totalmente soñadas e imposibles ejecutadas de una forma realista y detallista.
‘La persistencia de la memoria’ se encuentra en el MoMA de Estados Unidos - Foto: EFEEn el país norteamericano también se encuentra otro de los cuadros más famosos del pintor de Figueres. Cientos de kilómetros al oeste, en el Museo de Arte de Filadelfia está expuesto de forma permanente la Construcción blanda con judías hervidas. Pintado seis meses antes del estallido de la Guerra Civil Española, las referencias a Goya y la violencia están muy presentes en el lienzo.
De vuelta a Europa, en el Museo Real de Bellas Artes de Bruselas (Bélgica) se puede descubrir otro de los delirios de Dalí más reproducidos: las Tentaciones de San Antonio. La obra nos muestra las incitaciones del demonio a las que se vio sometido el santo durante su retiro en el desierto de Egipto.
En Roma (Italia), la Iglesia de San Marcello el Corso expone hasta el 23 de junio el famoso Cristo de Dalí, una de sus obras más conocidas y oficialmente llamada Cristo de San Juan de la Cruz. El pintor se inspiró en una reliquia de Cristo Crucificado que hizo san Juan de la Cruz a mediados del siglo XVI. Así, la obra y su inspiración se unen, pues la reliquia también se expondrá junto al cuadro en la iglesia que guarda ese crucifijo.