Dulce adiós del Zunder Palencia en casa

David Correia
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La Caldera de Castilla despedía esta tarde la ACB con la derrota del Zunder Palencia ante el Monbus Obradoiro (75-81). Cayó, pero con mucho honor, peleando hasta el final y sin bajar los brazos en ningún momento del encuentro

Dulce adiós del Zunder Palencia en casa - Foto: Sara Muniosguren

Dulce adiós. Sí, pese a la derrota. El Zunder cayó en el último partido de la temporada en su pabellón, pero lo hizo de la forma más honrosa posible. Se lo agradeció la grada al final, en un precioso encuentro de comunión entre el equipo y los aficionados.

Con la única responsabilidad de brindarle una última alegría a su afición en el pabellón esta temporada saltaba el Zunder Palencia a pista, con la única modificación en el quinteto inicial respecto al del último encuentro en Bilbao de Piñeiro, que sustituía a Kamba en el cuatro. El que sí tenía toda la presión era el Obradoiro, que en el pabellón se jugaba la vida por la permanencia. Por eso estuvo bien arropado por su afición, que se desplazó masivamente a Palencia y se hizo notar durante todo el partido. Más de lo mismo por parte de los seguidores locales. Pero eso ya no sorprende a nadie. Han demostrado ser los mejores de la categoría. Salió mejor el conjunto gallego, que abría fuego con un 2-10 mientras el marcador de una de las canastas debía ser reparado. El Zunder espabilaba pronto guiado por un Hands acertadísimo. Dos triples suyos consecutivos cerraban un parcial de 8-0 para los palentinos, que lograban la primera ventaja del partido (14-12), obligando a Moncho Fernández a pedir el tiempo muerto. Reaccionaba su equipo, que volvía a ponerse por delante con Dotson desde el triple y Blazevic revolviéndose en la pintura, pero Benite, acertado desde los 6,75 metros, colocaba de nuevo la igualada. El propio Blazevic se encargaba de hacer los últimos dos puntos del cuarto (17-19).

Arrancaba con energía el Zunder en el segundo período. Un triple de Ubal y un mate de Kamba eran contrarrestados por otro tiro de tres de Howard, que mantenía la igualada en un electrónico que seguía fallando en una de las canastas. Frankamp se unía a la fiesta del triple, Pustovyi se hacía fuerte en el poste bajo y Ubal mandaba el partido a otro tiempo muerto de Moncho Fernández (27-24). Tras el mismo, Obradoiro seguía sin dar con la tecla, agarrotado por la presión y, como consecuencia, muy fallón en ataque. El Zunder, al contrario. Como en Bilbao, jugaba liberado, divirtiéndose. Y anotando. Así, los colegiales llevaban la renta hasta los siete puntos (38-31) y los visitantes volvían a parar el encuentro. Dos tiros libres de Zurbriggen cerraron la primera parte (38-33).

La segunda mitad arrancaba con un 2+1 de Piñeiro, pero Obradoiro se jugaba demasiado y no quería dejarse ir tan pronto. Se aferraba a la ACB con uñas y dientes y conseguía volver a mandar en el marcador, recuperando la ventaja que había perdido y hacía tiempo que no controlaba (45-46, tiempo muerto de Luis Guil). Tras el mismo, Kamba y Frankamp se ponían la capa de superhéroes para devolverle la ventaja al Zunder Palencia. El canadiense, con dos triples, y Frankamp, que sumaba cuatro puntos de una tirada con un 3+1 espectacular, levantaban al pabellón, que disfrutaba en su despedida a la Liga Endesa. Scrubb reducía la renta al final del último cuarto, al que se llegaba con el 57-55 en el marcador.

No empezaba bien el Zunder Palencia un último cuarto que comenzaba muy intenso, con un Obradoiro que ahora, sí o sí, tenía que dar el do de pecho para quedarse en la liga. Dotson castigaba desde la línea exterior repetidamente a un Zunder Palencia que ahora solo encontraba en Piñeiro su única baza de ataque. Con esto sobre la mesa, el partido se volvía a parar con el 63-65 en el electrónico. Tras la reanudación, el gigante Pustovyi asumía galones y sumaba cuatro puntos consecutivos que ponían el 63-69 y obligaban a Guil a pedir el tiempo muerto. Después del mismo, festival de triples: Howard, Kamba, Dotson y Hands anotaban de tres. 69-75 en el marcador. El Zunder intentaba acercarse, pero ya no quedaba tiempo suficiente y Obradoiro salvó el match ball (75-81).