Las aseguradoras desembolsaron 1,73 millones de euros en 2023 para hacer frente a los daños que provocaron 3.259 siniestros meteorológicos. Este importe arroja un importe medio por incidente de 532,1 euros, según concluye el informe El seguro y la sostenibilidad climática, elaborado por Estamos Seguros, la iniciativa de divulgación de la cultura aseguradora de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). Esta asociación, según la información de su página web, representa a unas 200 compañías que «juntas abarcan prácticamente todo el negocio en España».
Este estudio deja entrever que Palencia fue la provincia de España en la que las aseguradores se hicieron cargo de menos siniestros y el territorio peninsular con la factura más baja para pagar daños. En este caso, solo hubo cifras más bajas en las dos demarcaciones de la comunidad de Canarias: Santa Cruz de Tenerife, donde los pagos totales ascendieron a 1,19 millones de euros, y Las Palmas deGranCanaria, con 988.274 euros. En el lado opuesto aparecen Madrid, lugar con más siniestros (132.404) y Álava, provincia con la cifra más elevada de pagos (96,7 millones).
Desde Unespa destacan que «en el aseguramiento de los fenómenos causados por la naturaleza intervienen varias instituciones». Las aseguradoras se hacen cargo de desperfectos por daños por nieve, granizo, lluvia y viento de hasta 120 kilómetros por hora, mientras que el Consorcio de Compensación de Seguros es el encargado de indemnizar los desperfectos causados por fenómenos extraordinarios, como pueden ser las inundaciones y los vientos sostenidos de más de 120 km/h. En este estudio, únicamente se tuvo en cuenta el desembolso de las aseguradoras por los contratos de seguros de automóvil y los multirriesgo de comercio, comunidades, hogar, industria y otros.
Casi la mitad de los siniestros, 1.519 (46,6%) estaban relacionados con la acción del viento, que fue el principal responsable de que noviembre acumulara el 31,25% de las peticiones anuales a las aseguradoras. Fue el mes con más incidencias registradas.En este punto cabe recordar que la borrasca Domingos, entre las 9 y 20 horas del 4 de noviembre, provocó que el Servicio de Prevención,Extinción de Incendios y Salvamento de la capital realizara más de 30 salidas y que los bomberos de la Diputación confirmaran al menos una decena de incidentes en la provincia.
Por detrás figuraron los 1.109 incidentes por lluvias (34,04%), los 550 por granizo (16,88%) y, por último, los 81 (2,48%) por nieve. El pedrisco, culpable de cuatro de cada cinco daños a automóviles (el otro avisó al seguro por la lluvia), tuvo su protagonismo en el mes de junio, el segundo con más partes pagados por las aseguradoras al concentrar el 24,89% del total anual. La incidencia más mediática se registró el 11 de junio, cuando los vecinos de Cervera sufrieron los efectos de una fuerte tormenta que combinó la lluvia y el granizo, según explicaron desde el norte de la provincia.
Palencia, por lo tanto, no se vio afectada por los sucesos más gravosos atendidos por los seguros, que fueron la granizada que tuvo lugar en el norte de España el 6 de julio y que supuso el desembolso de 135 millones de euros (en torno al 15% del total nacional, que ascendió a 847 millones de euros) y las borrascas Bernard y Ciarán, que provocaron daños por valor de casi 84 millones solo el 22 de octubre y más de 38 millones el 2 de noviembre, respectivamente.
MIRADA LOCAL. A la hora de analizar el porqué de las cifras palentinas en 2023, desde la Correduría de SegurosCarlos Arconada, explican que «la provincia se ha visto favorecida por la climatología». No obstante, pese a este comportamiento, resaltan que no es una ciencia cuyas consecuencias sean exactas y de ahí que recalquen la importancia de tener un seguro. «Hemos tenido suerte, pero también hubo años inundaciones», añaden.
En términos similares se exoresan desde otras corredurías de seguros de la capital. Marisol Chico, de Red Mediaria, comenta que no hubo grandes incidentes en la provincia durante 2023 y opina que también ha contribuido el hecho de que las viviendas, habitualmente, estén reforzadas con aislamientos para evitar el frío, un hecho que en provincias más cálidas no es tan habitual.
Por último, Pablo Dehesa, de Grupo Asegurador 1985, manifiesta que, en líneas generales, «el tiempo acompañó» a diferencia de otros años en los que hubo grandes nevadas en invierno y los sucesos se dispararon.