Pocas celebraciones en la provincia tienen tanta solera como las fiestas de la Ascensión de Villamuriel de Cerrato, cuyos orígenes se remontan al año 1601 con el conocido en el pueblo como Milagro de la Cera. Más de cuatro siglos de tradición e historia, 423 años para ser más exactos, que siguen más vivos que nunca con un programa repleto de llamativas propuestas.
En resumen, un extenso abanico de oportunidades para escapar de los quehaceres diarios conformado por un centenar de propuestas para todos los gustos y edades que está haciendo estos días las delicias de vecinos y visitantes en la que podría considerarse como la apertura de los festejos populares propios de los meses centrales del año. Hoy, sin ir más lejos, tendrá lugar el pregón literario, la entrega de los Premios Vive Villamuriel o la inauguración del conjunto escultórico de la rotonda de acceso a Ciudad Jardín.
Para los villamurielenses estos día figuran «entre los más especiales del año», resume el alcalde, Roberto Martín, para quien estar al frente del Ayuntamiento es «un honor y un privilegio», especialmente en fechas señaladas como la que nos ocupa. Son, en palabras del primer edil, unas «fiestas muy esperadas» que cada vez reúnen a un «mayor número de público», lo que influye directamente a la hora de organizar las actividades. De ahí que el Consistorio haya «redoblado esfuerzos», afirma Martín, quien ademas de la Alcaldía lleva las riendas de la Concejalía de Festejos.
Un milagro de cuatro siglos en VillamurielPor este mismo motivo, en Villamuriel se preparan ya para un fin de semana con una «alta participación de público». Y no es para menos, pues las actividades que han tenido lugar en el municipio cerrateño desde el viernes de la pasada semana han despertado el interés de cientos de personas. Ahora solo hace falta que el tiempo acompañe y que vecinos y visitantes sean testigos de excepción de propuestas tan diversas como la concentración de charangas, las orquestas, el chupinazo o la misa en honor a la Virgen del Milagro. «Espero que haga bueno y que todas las actividades transcurran con normalidad», sentencia el primer edil.
DE COFRADÍA A CONSISTORIO
La encargada de mantener la tradición desde la década de los 40 del pasado siglo es la Cofradía de la Virgen del Milagro, que tenía el trabajo antaño de buscar los voluntarios para organizar parte de la fiesta. Dichos voluntarios pasaban a ser durante ese año los mayordomos y corrían con algunos de los gastos de la fiesta como el de la música para el baile, los trajes de la fiesta, el refresco a cofrades y autoridades y el pago al predicador. Una tarea que ahora asume el Ayuntamiento a través de la Concejalía de Festejos, que ha ido sumando a la programación otros atractivos culturales y deportivos hasta convertir a esta fiesta en un auténtico referente de mayo en la zona sur.
La fiesta conserva, casi un siglo después de aquellos primeros años al calor de la hermandad, parte de ese carácter religioso. Destacan especialmente la misa y los Niños de Gracias, que recitan poemas desde el balcón consistorial para recordar el Milagro de la Cera.