Ayer comenzó el cierre progresivo de las 440.000 líneas de la tecnología de ADSL que existen en España. Las 8.526 centrales de cobre, el material del que están hecho los cables que permitieron llevar a los hogares y empresas internet y las líneas telefónicas del servicio fijo durante los primero años de este siglo, serán historia a lo largo de los próximos meses porque esta tecnología ha caído en desuso por el desarrollo e instalación de la fibra óptica, que ofrece una conexión a internet más veloz.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya se ha asegurado de garantizar que todos los operadores implicados ofrezcan a los usuarios afectados el servicio alternativo de fibra óptica. Pero eso es sobre el papel porque aún hay palentinos que no pueden acceder a esa tecnología. 

Y no hay que irse a un pueblo recóndito en la Montaña Palencia. Ocurre en la capital, concretamente en el barrio de San Juanillo, donde la fibra óptica sigue vetada para una docena de vecinos que, tras el apagón del ADSL de ayer, no tendrán más remedio que contratar un router con tecnología 5G y a pagar entre 15 y 20 euros más al mes. 

Pablo Morán es uno de los afectados. «No tenemos fibra óptica porque no les sale rentable a las empresas. En nuestra calle hay unas 25 viviendas bajas, muchas de las cuales están cerradas porque son viejas. Sin embargo, en los último años hemos recalado gente joven y, ahora mismo, somos una docena de vecinos», explica.

El caso es que a las operadoras no les salen las cuentas para extender sus redes de fibra. «Con el ADSLteníamos problemas hasta para ver una película y no digamos ya para teletrabajar, por ejemplo. Con el apagón hemos tenido que recurrir a tarjetas 5G que tampoco acaban de funcionar mejor porque se trata de casas bajas y la cobertura nunca ha sido buena», señala. 

«Me parece inaudito que en mi pueblo tenga acceso a Internet a través de fibra y aquí, en la capital, sigamos así cuando se trata de un servicio esencial», comenta Morán, que ha trasladado al Ayuntamiento el problema para ver si se puede hacer algo al respecto. 

Directiva europea. El apagón del ADSL cumple una directiva de la Unión Europea que obliga a los teleoperadores a eliminar el cobre en favor de conexiones de banda ultra ancha, porque su huella ambiental es un 90% menor.

Aunque la obligación de apagar este tipo de conexión no era inmediata, España es uno de los primeros países de la Unión Europea en dar cumplimiento a esta normativa. Obviamente, existe un interés empresarial, ya que poner punto final al ADSL se traduce en un abaratamiento de costes por parte de las compañías teleoperadoras.

La fibra óptica se transmite a través de pequeños cables de plástico, menos voluminosos y más duraderos que los cables de cobre por lo que su mantenimiento es más barato. Eso sí, salvo que no se sean los vecinos suficientes.