Deporcyl Guardo cayó en la Copa del Rey, pero lo hizo con todos los honores, con los de un guerrero que nunca se rinde. Sólo en la suerte final de los penaltis cedía ante elLeganés.
El partido comenzó en sus primeros compases con los dos equipos estudiándose mutuamente, con cierto recelo, que de forma inmediata perdía el cuadro blanquiazul. Como se esperaba, el cuadro pepinero empezó el partido en una poca habitual zona. En ataque, buscaba la posesión larga y con criterio para ir templando los ánimos de los locales. Y lo consiguieron a base de goles. En sus dos primeras llegadas llegaron sus dos primeros tantos en menos de cinco minutos ante un cuadro guardense jugando con excesivo respeto. Javier Uceda, técnico guardense, quiso darle un volantazo para dar un giro a los acontecimientos y a los siete minutos decidió actuar con portero-jugador (Albertín de guardameta) con el fin de romper esa defensa zonal y que el cuadro pepinero no jugase con comodidad, como lo estaba haciendo.
RubénBarrios, entrenador visitante, decidió cambiar a defensa alternativa presionante, con el fin de dificultad que los locales jugasen a cinco. Gómez estaba siendo el más destacado de un Deporcyl irreconocible, con demasiado respeto, sin soltarse. Históricamente, el cuadro norteño es irreverente. En este aspecto, le es igual el nombre y poderío del rival, especialmente en la Copa. Pero en la primera parte no fue así, pese a contar con una afición fiel, que no dejaba de creer.
En este primer acto, el Leganés puso de manifiesto que las categorías están por algo, por mucho que esté en la zona baja de Segunda División y que la Copa lo iguale todo. En el Deporcyl se echaba en falta ese espíritu rebelde que encarnan los hoy lesionados de larga duración Beto y Chochy. Entre Gómez y los palos mantenían todavía vivo a su equipo. Incluso el marcador fue corto para los merecimientos pepineros, muy superiores, muy cómodos, jugando a placer a ratos.
Por si fuera poco, el artillero extremeño del Deporcyl Juanlu era expulsado por doble amarilla a menos de dos minutos para el ecuador. Aunque parezca un contrasentido, este era el panorama en el que mejor ha vivido siempre el cuadro norteño, buscando y (encontrando muchas veces) el imposible.
En menos de dos minutos de la primera parte se vio más que en los veinte de la primera.por fin se puso a prueba a Óscar. Volvía a jugar el cuadro local con portero-jugador, con Víctor y luego Chapi. Ya no jugaba tan cómodo el cuadro madrileño y daba un paso al frente el Deporcyl, pero no parecía lo suficientemente amplio para la remontada. Parecía, sólo parecía, porque en La Bombonevera todo es posible y más cuando en el Deporcyl se encuentra otro capitán que lleva su gen competitivo, Albertín. En dos doble-penalti igualaba en un minuto la eliminatoria, cuando estaba más fuera que dentro. Volvía a aparecer la magia de La Bombonevera.
El Leganés no daba crédito. Lo tenía en sus manos y entró en el infierno y más cuando Kiki le daba la vuelta al marcador ya en la prórroga. Los madrileños empleaban en la segunda parte de la misma por primera vez el portero-jugador.En los segundos finales lograba forzar la tanda de penaltis.
En la msima, Sergio Ramos y Gómez fallaron, mientras que Edu paró uno de los lanzamientos. Eliminados a penaltis, eliminados con todos los honores.