Juan Valverde (Amusco, 1525-Roma, 1588) fue durante dos siglos el médico más importante de Europa. Su figura y trayectoria, desconocidas para muchos, serán tratadas por el historiador Juan Jesús Acosta en cinco publicaciones que podrán leerse en Diario Palentino los días 24 y 28 de abril, 2, 5 y 12 de mayo.
Es difícil resumir la magnitud de Juan Valverde en la medicina
Juan Valverde fue el médico más importante de España y de la Europa renacentista. Es un hombre que hay que poner en primera fila.
Nace en Amusco en 1525 y desarrolla su formación y sus primeras actividades en la localidad. En 1542 inicia su viaje a Padua y, posteriormente, en Roma, promulgará su tratado anatómico.
Valverde hizo una reflexión y superó todo lo escrito en anatomía desde la época de la antigüedad. La persona que pone en tela de juicio todas las aportaciones de Vesalio.
Hablará de la figura de Juan Valverde en cinco capítulos para DP. ¿De qué tratará cada uno de ellos?
El primero va a versar de sus primeros años y del desarrollo de su vida y su contexto en Amusco desde que nace en 1525 hasta que 17 años después abandona el municipio. Previamente, se había formado en Filosofía en Valladolid.
En 1542 llega a la ciudad de Padua y, a partir de ahí, arrancará el segundo capítulo. Después de Padua, continuará formándose en Pisa de la mano de Realdo Colombo. Esta segunda publicación acabará con su llega a Roma en 1548.
El tercero de los capítulos versará sobre lo que le ocurre en Roma, donde entra en la curia papal. Asiste constantemente y está muy cerca del papa Paulo IV y realiza las autopsias del cardenal Cybo, de los Médici, de San Ignacio de Loyola (fundador de los jesuitas), entre otros. Por aquel entonces, publica el primer tratado de salud de 1551 y su gran tratado anatómico de 1556. Esta última es la obra culmen de su vida y de todos los estudios anatómicos.
El cuarto capítulo tratará de las aportaciones que Juan Valverde va a hacer a la medicina y la anatomía, de cómo va a superar el tratado de Vesalio y de cómo la repercusión de su obra hará que sea el tratado más leído de Europa, llegándose a traducir a 16 ediciones y, en el siglo XVIII, al griego.
El quinto será un epílogo de su vida con las repercusiones más importantes de la misma. Es decir, un resumen de todo lo que aportó. Por ejemplo, es muy llamativa alguna de las bulas de Paulo IV, como que todo aquel que copiara su tratado de anatomía iba a ser excomulgado u obligado a pagar 100 ducados, o la que consigue para la cofradía de San Sebastián de Amusco con unas exenciones espectaculares.
¿Cómo se ha documentado?
Llevo muchos años investigando su figura. He hecho distintas publicaciones y entrevistas, y he leído todo lo que he conseguido sobre Juan Valverde, incluidos miembros de la Real Lengua.
Me he documentado de muchísimas fuentes. Ahora, tras la exposición en el Museo de la Evolución de Burgos, es el momento propicio para que se conozca una figura tan colosal como esta.
¿Diría que Juan Valverde ha trascendido en el tiempo con la importancia que se merece?
Se ha sido absolutamente injusto. Esto es algo que nos pasa con las grandes figuras de la historia europea y el Renacimiento, especialmente las del ciencia y la medicina. Habría que buscar las causas.
No se puede desconocer el pasado de una figura como esta, que durante dos siglos fue el médico anatomista más importante de Europa. Ya es hora de hacer justicia.
Esa justicia que reivindica, ¿la hará con sus artículos en DP?
Es una pequeña justicia. Nuestra nación debería ayudar a que el conocimiento del pasado y de personalidades como Juan Valverde sea más próximo. La pérdida de algunas de sus aportaciones es algo que nos debilita como sociedad.
Juan Valverde hizo sus aportaciones a la medicina cuando residía en Italia. ¿Cuál es su legado en Amusco?
Es un legado pequeño, apenas una calle con su nombre. En la localidad debemos hacerle más justicia a su figura y persona.
En cuanto a sus vivencias, debemos destacar los pocos datos que tenemos de él. De su juventud e infancia hay poco escrito e investigado. Muchos autores subrayan su aprendizaje de la lengua romance, en la que escribirá sus obras, y que será una de las grandes repercusiones que detallaremos. Ese romance lo aprende, sobre todo, en Amusco. Como muchos autores dicen, lo hace en sus cánticos desde la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes a la iglesia de San Pedro o en la propia cofradía de la localidad.
Gracias a su tratado Historia de la composición del cuerpo humano (1556) se le considera el padre de la anatomía científica. ¿Es esta afirmación apresurada?
Su tratado enriquece al de Vesalio, que era la gran figura de la anatomía del momento. En 1543, Vesalio publica su tratado de anatomía, y no será hasta 1556 cuando el amusqueño lo haga.
Valverde crece sobre Vesalio, le enriquece en muchos aspectos y propone muchas cosas que no había hecho. Sobre todo, representa la ruptura con el conocimiento anatómico de la antigüedad. Considero que fue el más rupturista, y que con sus cambios se sienta la base de la ciencia moderna.
¿Qué bases asienta en el marco de la medicina?
Va a trabajar un tratado de osteología, de todo lo referente a tendones y músculos. Va a hacer grandes aportaciones en todo lo relacionado con los órganos oculomotrices.
También va a hacer una gran aportación al circuito menor de la sangre. El científico y teólogo Miguel Servet, unos años antes de morir en la hoguera, había legado conocimientos en este campo, pero parece que Valverde no tuvo contacto con él, así que también fue una innovación por su parte.
Juan Valverde nos va a legar un tratado anatómico innovador en sus imágenes y su lengua, que llegará a los médicos y sangradores del momento y les será mucho más útil que la obra de Vesalio.
Asimismo seguirá enriqueciendo en temas como el aspecto digestivo o circulatorio. También trabajará en el campo de la neurología, donde aportará unas novedades disruptivas a los estudios.
¿Es Juan Valverde un personaje conocido en el ámbito palentino?
En absoluto. Es una de mis grandes preocupaciones. He visto que personas importantes en la cultura desconocen su figura, y que no preocupa ni de lejos el papel que debería ocupar en los anales de la historia palentina.