Pocos, muy pocos alimentos tienen tantas posibilidades de triunfar en la mesa como la patata. Y es que lo cierto es que este producto tan estrechamente ligado a la huerta provincial combina a la perfección casi con todo y se puede cocinar de mil y una formas: en tortilla, frita, guisada, en puré o a la importancia, este último uno de los platos estrella de la gastronomía palentina.
De todo ello dieron cuenta ayer los vecinos de Herrera de Pisuerga en una nueva edición de la Feria y Exaltación de la Patata, que desafió al mal tiempo y congregó en el entorno de la casa consistorial a numeroso público de la ciudad anfitriona y de otros muchos pueblos de la zona. Una cita organizada por la Mancomunidad Boedo-Ojeda y el Ayuntamiento herrerense en la que cada año por estas fechas se pone el acento en el tubérculo rey, del que se sembraron el pasado año en Palencia un total de 675 hectáreas, cien de ellas en este rincón de la provincia.
A la cita no le faltó de nada a pesar de la lluvia intermitente que se registró durante buena parte de la jornada y comenzó con la apertura de los expositores amenizada por los músicos de Charanguilar, desplazados desde Aguilar.
A la importancia, en tortilla, frita, guisada y en puré - Foto: Sara MuniosgurenEse fue el punto de partida de esta cita gastronómica que abrió oficialmente con su pregón José Valín, quien fuera consejero de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León entre 1996 y 2007, senador de 2007 a 2011 y presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero entre 2012 y 2014.
Este hizo alusión a la «dificultad» de la patata autóctona «por el exceso de competencia con el producto importado, el incremento del coste del cultivo y el bajo precio, que ha hecho que se abandone una superficie importante». «Afortunadamente, el precio empezó a recuperarse hace dos años y eso nos permite albergar esperanza de que el cultivo se mantenga en el futuro», añadió.
Acontinuación llegó uno de los momentos más esperados de la jornada, el ya tradicional homenaje a un sembrador de patatas. La distinción recayó este año en Laurentino Herrero, de Collazos de Boedo y dedicado «toda la vida» a un oficio que ahora ha heredado su hijo. «La maquinaria permite mejorar las condiciones de los nuevos agricultores de la patata del Boedo-Ojeda, que es la mejor de España», subrayó.
DEGUSTACIÓN POPULAR
Quien no comió ayer patatas en Herrera fue porque no quiso o porque llegó tarde, pues las había elaboradas de todas las formas posibles. Una degustación que voló a los pocos minutos y que se completó después con una comida popular a base de 200 kilos de patatas y 120 de bacalao elaborados por la Asociación de Amas de Casa Santa Ana, que prepararon para la ocasión entre 700 y 800 raciones. A ello se han de sumar otros 200 kilos de patatas fritas y alrededor de 100 para los guisos.
La actuación del grupo Altamar puso el broche a una jornada en la que también tuvieron cabida los concursos de patata más grande, tortillas y patatas elaboradas.
«Es importante poner el foco en un producto que está en decadencia porque la despoblación está privándonos de mano de obra. Por eso es importante resaltarlo y publicitarlo», concluyó el presidente de la Mancomunidad Boedo-Ojeda, Miguel Abia, quien estuvo arropado por el alcalde, Francisco Javier Fernández; el delegado de la Junta, José Antonio Rubio; y la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén.