Derrotada el pasado lunes con otro 'churro' de Francia, por un gol en propia meta de Jan Vertonghen y después de una Eurocopa 2024 irregular, Bélgica mira de reojo al mejor de los supervivientes de su 'generación dorada', Kevin de Bruyne, que podría haber disputado frente al combinado de Didier Deschamps su último gran campeonato internacional con su selección nacional.
Uno de los pocos que salvó el honor de los 'diablos rojos', a sus 33 años, pudo haber dicho adiós a las convocatorias de Domenico Tedesco, incapaz de ensamblar a las nuevas generaciones del fútbol belga con los más veteranos que poco a poco van bajando la persiana.
El técnico italiano tenía buenos cimientos antes de iniciar el torneo de Alemania, y De Bruyne era el mayor valor por su calidad, veteranía y liderazgo. El jugador del Manchester City cumplió con sus expectativas, pero el resto de sus compañeros no. Y ahora, podría dejar colgada en el armario la camiseta del combinado nacional para siempre.
«No lo decidiré hasta este verano. Todavía es demasiado pronto para decidir si voy a continuar en la selección. Déjame procesar esto primero. Vamos a pensar en todo y habrá una decisión después del verano», expuso el centrocampista nada más terminar el encuentro frente a los galos. «Es una lástima, porque teníamos un plan y pudimos ejecutarlo bastante bien, hasta que llegó el gol», afirmó sobre el partido.
«Vinimos aquí con buenas sensaciones, después de los buenos partidos de preparación, pero este no es el resultado que queríamos. Perdimos contra Eslovaquia. Había cosas que podían mejorarse, pero este equipo también mostró muchas cosas buenas. El compromiso fue increíble», destacó.