La conflictividad laboral se incrementó el pasado año un 63,2 por ciento en Castilla y León con relación a 2022, al contabilizarse un total de 31 huelgas, doce más. De esta manera, se alcanza un nivel similar al de 2019 cuando se registraron 32 paros empresariales, o del 2021, cuando hubo 34. Asimismo, los datos recogidos por Ical del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social ponen de manifiesto que el número de trabajadores implicados en estas huelgas subieron el pasado año un 43,5 por ciento, hasta un total de 2.489. En consonancia, el número de jornadas perdidas por las huelgas casi se multiplicó por cinco al pasar de las 3.282 de 2022 a las 16.337 del pasado ejercicio. Además, esta cifra es la más alta de los últimos años, por encima de las 12.226 de 2021 y de las 3.035 de 2019.
En España, la cifra de huelgas acumuladas el pasado año fue de 777, esto es 98 huelgas más que en el año anterior, con 987.956 jornadas perdidas y casi 200.000 trabajadores participantes. En síntesis, la evolución se comportó de forma similar que en Castilla y León, aunque en este caso la conflictividad solo aumentó un 14,4 por ciento. Para el secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras de Castilla y León, Fernando Fraile, detrás de este incremento de la conflictividad está el incumplimiento de la patronal en la negociación colectiva y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. «Los beneficios empresariales han crecido el doble que los salarios y la patronal se ha negado a realizar un reparto justo de la riqueza», aseveró. A su vez, Fraile apuntó que estos datos del Ministerio de Empleo se corroboran con los procedimientos de huelga ingresados en el Serla, que pasaron de 108 en 2022, a 152 el pasado año.
Para este año, el dirigente de CCOO espera que la conflictividad se mantenga en niveles altos, dado que la patronal continúa siendo reticente a la subida salarial y al cumplimiento del V Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva, que en la trasposición adaptada para Castilla y León recoge a mayores incrementos para los salarios de la Comunidad con el objetivo de que se equiparen a la media del conjunto de España.
Provincias
Los datos territoriales que facilita el Ministerio revelan que el año pasado las huelgas convocadas subieron en todas las provincias, a excepción de León (9), Salamanca (6), Segovia (5), Soria (2) y Zamora (5), donde se celebraron las mismas. El principal incremento se registró en Palencia, con un 125 por ciento, al pasar de cuatro a nueve, por delante de Valladolid, que contabilizó 16, por las nueve de 2022 (+77,8 por ciento). En Burgos se convocaron once huelgas, dos más (22,2 por ciento), y en Ávila, seis, una más (20 por ciento).
En cuanto al número de participantes, el comportamiento fue también desigual por provincias. evidencia la importancia caída de la conflictividad laboral en la Comunidad. Así, se registraron caídas en Ávila, Salamanca, Soria y Zamora, mientras que en el resto de provincias hubo incrementos. La provincia soriana lideró los retrocesos al pasar de 34 a dos trabajadores, por delante de Ávila, con una caída del 89 por ciento (18); Zamora, que retrocedió un 72,7 por ciento (73) y Salamanca, que contabilizó 38 trabajadores (-71,6 por ciento).
Por el contrario, la mayor subida en términos absolutos se registró en Burgos, que pasó de 464 trabajadores a 1.363 (+198,8 por ciento), mientras que la mayor subida porcentual se dio en Palencia (+331 por ciento), al pasar de 22 a 95 trabajadores. Después se sitúa León, con un incremento del 49,1 por ciento (492), Segovia, donde el número de trabajadores participantes fue del 71 (+42 por ciento) y Valladolid, con 337 (+25,7 por ciento).