Nadie duda de que la cebolla de Palenzuela tiene mucho tirón. La localidad cerrateña acogió ayer la décimo octava edición de la feria dedicada a esta hortaliza y el resultado volvió a ser positivo, según explicó la alcaldesa, Sara Esteban. «Ha estado animada desde primera hora de la mañana, aunque creo que el tiempo también influye. Es una feria ya consolidada y viene a ser como una obligación venir cada segundo domingo de octubre», explicó. Y eso que el certamen tenía una competencia muy dura: en Palencia se celebraba la última jornada de Naturpal; enCervera de Pisuerga, el Día de laProvincia, con su muestra de Alimentos de Palencia y, por si fuera poco, en la vecina Burgos tenía lugar el Fin de Semana Cidiano. Por esta razón, algún vendedor vio a menos gente que en ocasiones anteriores.
Aún así, fueron cientos de vecinos y foráneos (el número de vehículos aparcados en las zonas cercanas a la feria era elevado) los que salieron a las calles palenzolanas atraídos por el olor y el aspecto de las verduras y hortalizas de los siete vendedores locales. «Los puestos llamaban la atención.Eran verdaderos escaparates», comentó la regidora. Además de la cebolla horcal, la verdadera protagonista de la jornada, se vendieron también, bajo un sol de justicia, kilos y kilos de patatas, tomates y pimientos, entre otras. Pero los productos del campo no fueron los únicos atractivos . También hubo una veintena de puestos variados de alimentación. Por si fuera poco, a la hora del vermú, con el sonido tradicional de la dulzaina, se repartieron pinchos que llenaron el estómago de los asistentes. Las sabrosísimas tapas de morcilla y tortilla de patata fueron dos de las más reclamadas.
Entre los vendedores, por lo general, las primeras sensaciones eran positivas, como explicaron los locales Alfonso Rodríguez, de El Huerto de Leo, y Sergio Delgado, de Hortalizas Mauri. Las cebollas que tenían a la venta habían salido indemnes de la sequía de los últimos meses y lucieron en los puestos hasta que la compraron los visitantes. También se registraron comentarios positivos desde el otro lado del mostrador. Abel Díez, de Cobos de Cerrato, se acercó a la feria por tercer año y acabó comprando unas cebollas que tenían «buena pinta», mientras que Raúl Martínez, un levantino vinculado con Villaquirán de losInfantes (Burgos), conoció por primera vez el evento y se llevó horcales, patatas, pimientos y, sobre todo, un gran sabor de boca que provocará que intente volver a Palenzuela en el futuro.
Premio. La jornada incluyó, como es habitual, la entrega de la Cebolla de Honor, que este año recayó en el grupo de acción local Asociación para el Desarrollo Rural Integral (ADRI) Cerrato Palentino por la labor que lleva a cabo en la comarca, como adelantó Esteban durante la presentación en Palencia de la feria.
El gerente de la entidad, Miguel Portillo, recogió el galardón y, tras agradecer el premio, destacó algunas de las actuaciones de ADRI. Sobresalen, entre las cuestiones que citó, el apoyo a los emprendedores -«que los hay, y bastantes en la comarca», añadió-, el aumento de la actividad en las redes sociales, la participación en las ferias de enoturismo y turismo, el proyecto escolar Exploradores del Cerrato y la actividad Planes del Cerrato.